miércoles, 31 de octubre de 2012

Los desahucios son un crimen



La semana pasada un hombre se suicidó en Granada horas antes de que representantes del juzgado y la policía se presentaran en su casa para ejecutar el desahucio de la vivienda. El mismo día oigo en la radio que desde 2008 ya son 350.000 las viviendas de las que se ha desahuciado a sus propietarios en España. y que en en 2012 se viene ejecutando un promedio de 500 desahucios diarios. 
  
Ayer mismo un portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) se quejaba a los medios de comunicación de que los bancos "han convertido los juzgados en sus oficinas de recaudación", y que los asuntos de las entidades financieras están colapsando la administración de justicia. Todo ello respondería además a "movimientos especulativos", según los jueces y fiscales agrupados en la APM. Pues si hasta una organización tan reaccionaria como la APM protesta contra los desahucios y sus responsables, la entidades bancarias, es que este indecente asunto ha rebasado ya los límites de lo soportable. 

Creo haberles contado ya la escena que presencié en mi barrio hace unos meses, cuando un anciano que caminaba por la calle al pasar frente a la oficina de una caja de ahorros se giró hacia ella y lanzó un sonoro: "¡hijos de puta!". Me pareció entonces y sigo pensando que el insulto no iba dirigido de modo directo al personal de aquella oficina determinada y quizá ni siquiera a la caja de ahorros concreta, sino que apuntaba a todo el sistema financiero y bancario que nos ha abocado a este pozo negro por causa de la gigantesca estafa social más que ecónomica que padecemos, estafa en la que bancos y cajas han convertido su propia existencia desde los años del dinero loco y la diarrea de ladrillo.

Es cierto que desde que existen, bancos y cajas han parasitado los escasos ahorros producidos por las rentas del trabajo. Pero ahora se han convertido en un cáncer avanzado, al que hay que extirpar con urgencia del cuerpo social. La solución no es obviamente favorecer la metástasis engordando delincuentes con el dinero de todos, sino sajar de una vez el tumor: convertir en servicio público lo que hoy no es más que un sucio negocio especulativo en manos de sinvergüenzas sin escrúpulos.

El Estado tiene la obligación de tomar la iniciativa antes de perecer él también entre las ruinas de lo que de seguir así, ineleluctablemente vendrá dentro de poco. Porque lo que está claro es que esta situación no va a poder prolongarse indefinidamente, sin que se produzca un estallido social que se lleve por delante cuanto encuentre en su camino.

domingo, 28 de octubre de 2012

Los yayoflautas catalanes exigen su derecho a decidir


Ayer sábado, 300 integrantes del movimiento de los yayoflautas intentaron entrar en el Palau de la Generalitat de Catalunya para entregar al "president" Artur Mas un manifiesto en el que le exigen su derecho a decidir sobre cosas reales, concretas y tangibles. A decidir el futuro de sus nietos, por ejemplo, puesto en cuestión por la política neoliberal salvaje que practica el gobierno de CiU;  y a decidir desde luego, contra el desmantelamiento de los servicios públicos y las infraestructuras en beneficio de empresas privadas que llevan a cabo Mas y compañía en perfecta sintonía con el Gobierno español.

Los Mossos d'Esquadra impidieron a palos y empujones que los ancianos cumplieran su propósito. Dos viejos fueron a parar al suelo tras recibir varios golpes y otro más sufrió un ataque de ansiedad. Se produjeron escenas que deberían hacerle caer la cara de vergüenza al conseller Felip Puig, el escuadrista que manda la policía autonómica catalana, caso de que semejante elemento fuera capaz de abrigar un sentimiento decente. Ante el muro de fornida carne uniformada los ancianos no pudieron hacer otra cosa que clamar "¡vergüenza! ¡vergüenza!" con las voces quebradas por la emoción y los años. 

Les arrebatan su derecho a decidir, y encima les zurran para que callen. Pero los señores de los Palaus (de la Música y de la Generalitat) no saben con quién se están jugando los cuartos: a estos no los engañan con banderas "estelades" ni tontunas patrióticas: estos viejos son las mismas personas que en los años sesenta cerraban la SEAT cada vez que la secreta detenía a un compañero y que a mediados de los años setenta perseguían a patadas en el culo a los grises de Franco. 

Los yayoflautas intentarán entrar en el palacio de la plaza Sant Jaume tantas veces como estimen conveniente, estén seguros, y además cada vez serán más numerosos. Recuerden aquello que dijo otro esclavo que se liberó a sí mismo: "volveré, y seré millones". Un día, ya no habrán Mossos d'Esquadra suficientes para arrebatarles su derecho a decidir.

En la imagen que ilustra el post, cientos de ancianos intentan forzar la entrada en el palacio de la Generalitat de Catalunya, sede del Gobierno autónomo catalan.

viernes, 26 de octubre de 2012

La declaración de renta de Urdangarín



De Iñaki Urdangarín ya sabíamos gracias a las diligencias judiciales que es un mezquino miserable, un ricacho sin escrúpulos ni conciencia. Para el servicio doméstico del palacete que habitaban él y su mujer, la infanta Cristina de Borbón, en el selecto y exclusivo barrio de Pedralbes de Barcelona, tenía trabajando sin contrato a inmigrantes ilegales sin papeles a los que pagaba sueldos ridículos, dinero que les era entregado en mano dentro de sobres por un acólito del duque en bares donde se les citaba para pagarles.

Gracias al procedimiento judicial acabamos de saber esta misma semana que don Iñaki percibía un  -misérrimo, para un yerno real- sueldo de 3000 euros brutos mensuales, y que aún así don Iñaki consiguió en 2004 una hipoteca de La Caixa por cinco millones de euros a pagar en 30 años. Ahí es nada el sablazo.

Hoy el diario EL PAIS reproduce la declaración de renta de Iñaki Urdangarín. Y la verdad es que el documento no tiene desperdicio, al contrario que el propio declarante, el duque de Palma consorte, don Iñaki Uurdangarín, un desperdicio de persona todo él.

El salario bruto anual de don Iñaki (36.000 euros) es netamente inferior al que percibe un servidor de ustedes, un ciudadano que como casi todos las pasa canutas para llegar a fin de mes y eso que yo no tengo hijos. ni coche y voy a todas partes en "metro". Don Iñaki tiene en casa cuatro hijos, una infanta de sangre real y dudo que sea un adicto al bonobus o que se desplace en Seat Panda. O sea, que no me salen las cuentas.


Al examinar los rendimientos del capital inmobiliario, casi dan ganas de abrir una cuestación benéfica a nombre de su familia. Resulta que los intereses de sus cuentas y activos financieros no le rentan ni 2000 euros anuales, y unas letras del Tesoro le devengan 1.800 euros. Conozco mendigos de mi barrio que le sacan más jugo al óbolo caritativo que perciben en la puerta de la iglesia.

Pero donde me ha llegado al alma don Iñaki, es en el capítulo vivienda. Y es que según el valor catastral asignado al palacete de Pedralbes de su digna propiedad, y una vez dividida al 50% la renta que se le imputa, la parte correspondiente al declarante no llega a los 15.000 euros. Sumando la otra mitad que se supone declara su santa esposa, la infanta de España, tenemos que la principesca vivienda cotiza por un valor de menos de 30.000 euros, una cantidad esplendorosamente inferior a la imputada a mi piso de barrio obrero en la misma ciudad en la que residen  Urdangarín y su consorte.

No diga golfo sinvergüenza, diga Iñaki Urdangarín.

Por cierto ¿cómo es posible que tras recibir semejante burla en forma de declaración de renta Hacienda no llevara al juzgado de inmediato a don Iñaki por estafa fiscal?. ¿Qué complicidades existen en este y en otros casos semejantes?.
  

jueves, 25 de octubre de 2012

El banco malo español nos enfermará a todos menos a los ricos


Mientras el Gobierno de Francia  crea un banco público "buscando dar un impulso al crecimiento económico", el Gobierno español fabrica un banco malo con dinero público supuestamente destinado a engullir los llamados "activos tóxicos" inmobiliarios en manos de bancos y cajas de ahorros, es decir los cientos de miles de viviendas que no llegaron a venderse nunca o que forman parte del paquete de 350.000 pisos cuyos propietarios han sido desahuciados por no poder hacer frente a la hipoteca, solo en el período 2008-2012. Políticas diferentes las de un Gobierno no ya de izquierdas sino simplemente responsable como es el francés, y el grupo de politicastros sin escrúpulos que nos pastorea en España a las órdenes de cuatreros con traje de Armani y colmillos de lobo.

Decía el diario EL PAIS hace un par de días que esas entidades bancarias enfermas (intoxicadas de ladrillo, en realidad), le van a vender al banco malo los pisos que no encuentran comprador, y que lo harán por la mitad de su precio "de mercado" hinchado, el precio de los felices días de vino y rosas. Por tanto habrá que cubrir la diferencia hasta alcanzar las plusvalías señaladas durante la burbuja inmobiliaria por los Señores del Tocho y sus compinches los Ejecutivos Bancarios. ¿Quién pagará esa diferencia? Dado que en España las rentas del capital contribuyen al erario público aproximadamente como en Guinea Ecuatorial (es decir, nada), seremos de nuevo los asalariados obligados a declarar IRPF quienes pagaremos dos veces el gasto: primero, como aportación del Estado al banco malo,  sostenido exclusivamente con fondos públicos, y después como regalo a las instituciones bancarias enfermas para que les baje la temperatura mediante el embolso de las plusvalías que soñaron y no pudieron alcanzar en su día.

Otra información de EL PAIS nos anuncia por cierto, que los asalariados españoles somos los segundos de Europa en cuanto a aportación fiscal al Estado, inmediatamente detrás de Suecia. Dado que el número de asalariados en este país se reduce vertiginosamente cada día que pasa gracias entre otros factores a las políticas de promoción salvaje del desempleo puestas en marcha por el Gobierno español, y que como antes decía las rentas del capital simplemente no cotizan o lo hacen en cantidades obscenamente ridículas (Cristiano Ronaldo por ejemplo, paga el 19% de sus ingresos legalizados en España), la conclusión es obvia: los bancos y cajas se pondrán buenos gracias al banco malo, pero a los trabajadores que cobramos una nómina nos van a rematar fiscalmente. 

Lo peor de todo es que el banco malo no venderá un piso ni por casualidad bajen lo que bajen los precios de "mercado",  porque la gente no tiene dinero para comprar y los bancos van a seguir sin dar créditos. Bajar los precios "de mercado" es una medida que llega demasiado tarde, y que además acabará por hundir en la miseria a los propietarios que pagaron una salvajada por su piso cuando el esplendor de la burbuja inmobiliaria y ahora se verán obligados a vender por mucho menos porque se han quedado sin trabajo y se han comido los ahorros que tenían.

La única solución posible es que el Estado obligue al banco malo a a que los pisos que compre a los bancos presuntamente enfermos los alquile inmediatamente a precios sociales, dando prioridad a los desahuciados. Por supuesto, a la parte de plusvalía restante, la procedente de la hinchazón inmobiliaria, que le vayan dando.Y en paralelo al banco malo, un banco de inversión pública como el francés, que invierta en sectores sensibles para la reactivación de la actividad económica y el consumo.

Pero claro para llegar a eso, el Gobierno español tendría que ser francés y estar interesado prioritariamente en salvar el país y no en hacer más ricos a las manos que mecen "los mercados", no sé si me explico.

martes, 23 de octubre de 2012

Atila regresa a Gernika




El resultado global de las elecciones autonómicas del País Vasco, contrariamente a las gallegas, se inscribe en lo esperable y casi en lo deseable. La victoria con mayoría relativa del PNV devuelve a esta fuerza al protagonismo institucional del que se ha visto privada en los últimos años. Para los nacionalistas de derechas vascos gobernar en Vitoria es lo natural, y su condición  de fuerza "moderada"  le permite abrir  juego en todas las bandas. De los 400.000 votos que tuvieron hace tres años los peneuvistas han perdido apenas 17.000, a pesar del presunto vendaval abertzale que ha supuesto la irrupción de Bildu, la nueva marca política de ETA.

De hecho y aunque lo sensato ahora sería el intentar cerrar un pacto de gobierno del PNV con los socialistas vascos, fórmula largamente probada anteriormente y con éxito  por otra parte, el reparto de escaños y sobre todo el estado anímico de la sociedad vasca le permiten al PNV pactar a la carta y de modo puntual con quien quiera. Lo más probable es que el PNV vuelva a ofrecerse simultáneamente al Gobierno de Madrid como freno al abertzalismo proetarra y a éste como baluarte frente a la "españolización" de Euskadi; si además es capaz de "venderle" al PSE cierta contención en los recortes sociales que a buen seguro emprenderá el nuevo Gobierno vasco en cuanto se constituya, Urkullu puede abrir una larga etapa de hegemonía peneuvista en el Parlamento de Gernika y sobre todo, de control del Gobierno radicado en Vitoria.

Para el PSE por el contrario comienza un tiempo de ajuste de cuentas interno, en el que no es descartable incluso que se produzca alguna escisión. Resulta inevitable la renovación del equipo dirigente, y la salida de Patxi López rumbo a Madrid se da ya por cantada. Quién le sucederá está por ver, aunque el número de posibles candidatos no sea muy grande. Quizá Eduardo Madina, o el sempiterno Ramón Jáuregi. Lo cierto es que el PSE ha pagado muy caro y con razón, el extravagante pacto de gobierno de la pasada legislatura, durante la cual gobernó en minoría metiéndose en la cama parlamentaria con el PP; la broma le ha costado al PSE un tercio de sus votantes de 2009, pasando de 300.000 a 200.000 votos. 

El PP por su parte pierde apenas unos miles de votos, pero retrocede fuertemente en escaños (de 13 a 10) al disminuir la participación general, especialmente en los núcleos donde este partido cuenta con más apoyos, en tanto aumentaba de manera significativa en los territorios de mayor influencia abertzale. Como opción política la derecha española en Euskadi no tiene ningún futuro, y solo cabe esperar su progresiva radicalización -aún más- hacia la extrema derecha española y españolista.

Izquierda Unida por su parte desaparece del Parlamento vasco, al desertar hacia la abstención sus votantes tradicionales -su base obrera- y hacia Bildu aquellos nacionalistas vascos "de izquierdas" a quienes en los últimos años pretendía captar la coalición que lidera el PCE. Un disparate en suma,  que debería servir de aviso para navegantes a sus homólogos catalanes de ICV-EUiA, empeñados en mostrarse más nacionalistas  que ERC, a quien pretenden disputar una hipotética bolsa electoral compartida (!), para perplejidad de sus votantes de siempre. 

Caso aparte es el de Bildu, la marca sucesora de Herri Batasuna y último -por ahora- buque electoral fletado por ETA. Si alguna virtud ha tenido el proyecto de Bildu ha sido la de lograr embarcar en él a un partido tan respetable desde el punto de vista de la moderación burguesa como EA,  la escisión del PNV que liderara en su día el ex lendakari y multimillonario consorte -está casado con la propietaria de Conservas Mina- Carlos Garaicoetxea. Así, EA ha sido la puerta de entrada de los proetarras hacia la "normalización" de relaciones con el mundo empresarial vasco, al que durante décadas ETA ha coaccionado y extorsionado; cosas veredes amigo Sancho, como decía el Ingenioso Hidalgo.

No es moco de pavo tampoco para Bildu el haber acabado de un plumazo con todos los proyectos de "abertzalismo democrático" no controlado por ETA, cual fue el impulsado por Aralar, y también con los de otras formaciones menores por el estilo; todos han acabado de grado o por fuerza en Bildu, y el que ha pretendido ir por libre en estas elecciones (algunos "verdes", por ejemplo) se ha estrellado. Así, Bildu ha conseguido en este viaje reinar de modo absoluto en todo el nacionalismo vasco que no sea PNV.

La movilización electoral de los proetarras  ha sido realmente grande, pero su éxito tampoco ha sido lo espectacular que nos intentan vender ahora. En estas elecciones Bildu ha logrado 270.000 votos, rompiendo aparentemente el techo de las consultas anteriores a la ilegalización de Herri Batasuna. En esas anteriores consultas la marca proetarra solían obtener entre 120.000 y  170.000 votos. En 2012 Bildu se ha limitado a recuperar de la abstención los 170.000 votos  que Herri Batasuna tenía en sus buenos tiempos, y sumarles los 100.000 que obtuvieron EA y Aralar en 2009. Es decir, el mundo abertzale está donde estaba, solo que ahora todos juntos y bajo una única bandera. Pero en realidad no han conseguido avanzar un milímetro más allá de ese círculo.

Por tanto el problema es por el momento limitado, y menor de lo que unos y otros pretenden hacernos creer. Hay que saludar de todos modos el que por fin, esta gente se decida a hacer política en vez de apoyar el crimen como forma de expresión, aunque tampoco cabe hacerse muchas ilusiones respecto a su capacidad para manejarse en términos de democracia representativa (véase el acoso escuadrista a Patxi López en el momento en el que éste y su mujer iban a votar). Podría decirse de ellos que Atila y sus hunos han vuelto a Gernika, pero que esta vez hay ciertas posibilidades de que se comporten de modo civilizado y no acaben intentando cortarle el cuello al resto de gente que tomará asiento a su lado en el Parlamento vasco. Veremos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Pobre Galicia esclava



El desastre de las izquierdas en Galicia y Euskadi no admite paliativos. El PSOE retrocede fuertemente en ambas comunidades víctima de la crisis sí, pero sobre todo víctima de sí mismo, de su incapacidad actual para volver a conectar con su propia tradición y razón de ser como partido. IU desaparece en el País Vasco víctima de su propio sarampión nacionalista (que rechazan sus votantes tradicionales: un aviso para la ICV catalana), y se convierte en muleta de Xosé Manuel Beirás ("ese Fraga con melena", como le definió un intelectual gallego de izquierdas hace años). El BNG paga muy caro su discurso que intenta conjugar izquierda racional y nacionalismo sensato, atractivo hasta hace poco para las clases medias pero ajado ahora por mor de la crisis y la irrupción del populismo salvaje gallego.

En realidad en estas elecciones han triunfado los nacionalistas de derechas, así en Galicia como en Euskadi. Porque tan nacionalista es el PP español que contra toda razón se mantiene como partido más votado de largo en Galicia, como el PNV que presumiblemente volverá a lo suyo, que es mandar en el País Vasco toreando a todo el arco político. Resulta que las derechas que han hundido en el mundo mundial el sistema socioeconómico que constituye su razón de ser, son ahora quienes recogen los frutos electorales (envenenados sí, pero frutos al cabo) de la crisis, mientras las izquierdas contemplan desarmadas y anonadadas como sus votantes huyen hacia la abstención mientras juran en arameo contra sus organizaciones históricas.

En las elecciones gallegas hay un dato sobrecogedor. A media tarde de ayer, la web de EL PAIS informaba de que donde más crecía la abstención era precisamente en los feudos tradicionales del PP, en la Galicia profunda del caciquismo y la corrupción. Podía pensarse que una parte de los votantes de la derecha española en esos territorios habían decidido dejar de ir a las urnas, y que por tanto los resultados de esta empeorarían. No fue así: los votantes del PP han mantenido su fidelidad política voluntaria u obligada según casos, y quienes se abstenían de modo masivo eran los votantes de la izquierda, sobre todo del PSOE; difícilmente puede concebirse un electorado cuyo desaliento sea mayor. 

Mención aparte merece la vuelta al Parlamento gallego de la izquierda demagógica, autoritaria, cutre y populachera más que populista que encarna el energúmeno Beirás. Se pronostican ya tardes de gloria con Beirás zapato en mano  como un Kruschev de guardarropía, tronando fanfarronadas desde su escaño. Su coalición por lo demás, es un revoltillo de grupos que no tardarán en lanzarse los trastos a la cabeza entre ellos y todos juntos contra Izquierda Unida, socio que ha pagado el gasto pero por el que los otros sienten el mismo cariño que por la muerte.

El PSOE no ha comparecido en las elecciones gallegas, a pesar del esfuerzo de Rubalcaba y de la Secretaría de Organización. En este viaje el candidato socialista ha sido un señor que hizo su carrera política en el CDS de Adolfo Suárez, un señor de derechas de toda la vida vaya, lo que no puede menos que dejar perplejo al votante socialista tradicional; "perplejo" es una manera elegante de decirlo, claro. El señor Pachi Vázquez, el presunto candidato socialista, es una persona educada, comedida y apocada. Es tan buena persona, o tan bobo según se mire, que en vez de explicar lo que sabe sobre Núñez Feijóo y sus (presuntas, eh) "liasons dangereuses" se lo calla, aunque solo con lo que anticipó hace año y pico en un descuido ante un medio informativo y no desmintió después, habría bastado para procesar al presidente gallego de haber llevado la denuncia a un juzgado. Con estos mimbres se pretende hacer cestos y ganar elecciones.

Una última consideración sobre el electorado gallego. Hace años alguien dijo que "el gallego no protesta, emigra". Al parecer, ahora ya ni siquiera emigra: se calla y sigue paciendo en la mano del cacique y/o del narco.

La fotografía que ilustra el post está tomada del diario PUBLICO, que en su edición del 3 de marzo de 2011 la titulaba así: "El PP gallego montó un acto con Rajoy en el barco de una familia de narcos. El líder conservador dio el pistoletazo de salida a las europeas de 2009 a bordo del "Moropa". Pertenece al clan del traficante "más importante de España" según la Policía."

sábado, 20 de octubre de 2012

La mayoría del electorado de CiU no cree en la independencia


El señor Duran i Lleida es un experto funambulista de la política. La vocación del señor Duran i Lleida ha sido desde que empezó en política el llegar a ministro de Asuntos Exteriores, presidente del Gobierno, rey o acaso Papa, siempre haciendo perfectos equilibrios en la maroma y no orinando nunca fuera de la taza del wáter. El señor Duran i Lleida jamás pone todos los huevos en la misma cesta, porque a lo largo de su ya dilatada carrera política está acostumbrado a jugar en todas las mesas, y a ganar casi siempre. El señor Duran Lleida es un nacionalista catalán, pero menos; es católico practicante, pero no demasiado; es desde luego un político español de largo recorrido, que siempre ha estado a verlas venir y nunca se ha casado con nadie aunque se ha ido a la cama con todos. El señor Duran i Lleida es campeón olímpico en el arte de nadar y guardar la ropa. Seguramente por eso hay una porción del electorado catalán, pequeña pero significativa, que le vota aunque para ello tenga que convivir en coalición política con los hijos de Pujol.

Pues bien, el señor Duran i Lleida acaba de endilgarles una verdadera ducha escocesa a sus compatriotas partidarios de la independencia de Catalunya. En la edición catalana del diario EL PAIS de ayer, 19 de octubre, dice el señor Duran i Lleida que "Los votos independentistas no bastarán a CiU para ganar las elecciones". Se refiere a las autonómicas catalanas, naturalmente, a celebrar de aquí a poco más de un mes, el 25 de noviembre. Son unas elecciones que se consideran "históricas" (histéricas, mejor, visto lo visto a una y otra orilla del Ebro), porque supuestamente en algún momento de la legislatura que abrirán se celebrará el dichoso referéndum de autodeterminación de Catalunya.

O no, si atendemos a las palabras del señor Duran i Lleida.Y es que en EL PAIS advierte el inefable político catalán de origen aragonés (es nacido en lo que los pancatalanistas llaman Franja de Ponent), de que "un 20 % de los que votaron a Artur Mas en 2010 apuestan por mantenerse como una región o una autonomía y otro 35% no iría más allá de reclamar un estado federal. Los abiertamente independentistas eran en junio (de 2012) un 38%". Es decir, que algo más de la mitad de los votantes de la derecha nacionalista catalana no estaría por la independencia de la Patria presuntamente oprimida, y algo menos del 40% la apoyarían. Malas noticias pues para los soberanistas engagés.

Recientemente sin embargo, un organismo oficial de la Generalitat de Catalunya publicó un supuesto sondeo en el que encontraba a la gran mayoria de catalanes ansiosos por convertirse en "nuevo estado de Europa": nada menos que un 75% de ellos apoyaría la celebración del referéndum. La encuesta es tan rigurosa, objetiva y científica, que un 25% de votantes del Partido Popular se declaran partidarios de la consulta. Mon Dieu! Así, luego no es extraño que el mismo llamémosle "estudio" relegue al PSC a la condición de cuarta fuerza política tras la celebración de las próximas autonómicas catalanas (ahora es la segunda, a considerable distancia de los partidos que le siguen).

De todos modos Duran i Lleida, que es hombre avezado en política y por tanto nada dado a comulgar con ruedas de molino ni siquiera cuando están fabricadas por entusiastas subordinados suyos, ha evitado cuidadosamente en todo momento referirse a ese bodrio de sondeo, pagado con el dinero de todos los ciudadanos catalanes por cierto. En vez de ello como digo, advierte públicamente a su presunto jefe de filas, el señor Artur Mas, de que de seguir adelante con el ensueño puede no hacer pie en el fondo de su propia piscina. Parece un consejo sensato. El señor Mas por su parte, ya ha comenzado hace días un enrevesado donde dije digo diré en adelante Diego o lo que se tercie, al maniobrar desde el desafiante "Catalunya Estado de Europa" al casi sumiso "Catalunya estado en España". Desde el mismo día 11 de septiembre pasado, tras la manifestación independentista, el actual president de la Generalitat Catalana comenzó a hablar de que lo que Catalunya necesita es tener "estructuras de Estado", lo cual ya mosqueó a unos cuantos independentistas acostumbrados a que CiU les deje en la estacada cada vez que les usa como espantapájaros en sus negociaciones con "Madrid". Porque es obvio que no es lo mismo ser un Estado con asiento en la Unión Europea y la ONU (o más probablemente fuera de ellas, según vayan dadas) que ser un territorio con "estructuras" estatales dentro de un Estado; de hecho, las comunidades españolas actuales tienen "estructuras de estado", en la medida de que en sus respectivos territorios gozan de competencias amplias o exclusivas en materias como educación y sanidad, por ejemplo.

En resumen, desde el nacionalismo derechista catalán comienzan a prepararse para tomar el pelo por enésima vez a nuestros sufridos independentistas. Lo que de verdad pretende CiU es ganar con mayoría absoluta las elecciones del 25 de noviembre, a fin de culminar el proceso de destrucción de servicios públicos y subsiguiente privatización de sus prestaciones, pasando por fin del Estado de Bienestar al Estado de supervivencia, que es el único estado cuya implantación les interesa realmente. ¿El referéndum independentista? Ya encontrarán la excusa para aguarlo o meterlo en el cajón, según se presenten las cosas.

En la fotografía que ilustra el post aparecen Mas y Duran Lleida, los aliados/enemigos que encabezan CiU, la coalición nacionalista de derechas catalana.

viernes, 12 de octubre de 2012

Fracasa la movilización españolista del 12 de octubre en Barcelona

 
Patética la concentración españolista promovida por el PP y "Ciutadanus" hoy en Barcelona, encabezada por lo más granado de la derecha reaccionaria aquí: Alicia Sánchez Camacho, Alberto Fernández Díaz y Albert Rivera. 

Ni siquiera han conseguido llenar el círculo central de la Pl. Catalunya, y eso que han traído autocares de Madrid, Valencia y Zaragoza. Seis mil asistentes según la Guardia Urbana ya es una cifra extremadamente generosa, pero los sesenta y cinco mil que ha dado la delegación del Gobierno es tan absolutamente disparatada que deja en el ridículo más espantoso a quien la difunde.

jueves, 11 de octubre de 2012

Españolizando Catalunya en 1937


Caricatura publicada en la revista satírica catalana 'L'Esquella de la Torratxa' el 5 de marzo de 1937, cuando los militares golpistas españolizaban Catalunya a golpe de bombardeo aéreo.

Un orondo general franquista arenga a su tropa de mercenarios moros, legionarios, fascistas italianos y nazis alemanes, mientras un fraile observa la escena.

 Reproducida por El Periódico de Catalunya en su portada de hoy, 11 de octubre de 2012.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Herr von Wert, ministro de Kultur



Ya tenemos jefe para la Panzer Division que invada Catalunya. Ni un general de la Guardia Civil como pedía Vidal-Quadras, ni un mando de la Legión como le gustaría a los nostálgicos de las escabechinas de rojos hechas a la antigua usanza, ni siquiera el oficial de alguna aguerrida compañía de antidisturbios machacadora de temibles yayo-flautas: tal honor debería recaer sobre José Ignacio Wert (von Wert, para que nos entendamos todos). Nadie como él lo merece tanto.

Ocurre que von Wert es el actual ministro de Cultura -Kultur en realidad, como en los viejos tiempos del III Reich-, y desde ese ministerio vive el hombre en plena Cruzada por recuperar la verdadera dimensión internacional de la llamada marca España. Se preguntarán sin duda qué define  la tal marca, qué elementos componen esa imagen de España que se pretende grabar en la retina del mundo mundial. Pues olvídense de cosas como las becas Erasmus, la investigación biomédica, los Institutos Cervantes o las subvenciones al cine español (¡vade retro, rojos!).  La imagen de España que promueve la gentuza que nos desgobierna hoy es un batiburrillo de mantillas talibanas lucidas por raciales ministras, corridas de toros y otros espectáculos sangrientos semejantes que ensalzan el más atávico salvajismo, colegios con la educación de los niños segregada por sexos y donde se perturba su inteligencia con creencias religiosas ridículas, y la imposición (de nuevo) del castellano como idioma del presuntamente renacido Imperio Español. ¿Les suena esta música? Efectivamente: es puro franquismo, la vieja forma española de fascismo que vuelve. Franquismo fashion con traje de Armani y máster comprado por papá en cualquier Universidad anglosajona o montada por la Iglesia católica en España, eso sí, pero fascismo puro y duro al cabo.

Pues bien, no satisfecho con malversar fondos públicos financiando la llamada Fiesta Na(z)ional, vulgo corridas de toros, von Wert acaba de dar un paso más allá. Luego de haber prohibido la educación cívica y democrática en los colegios y reintroducido el adoctrinamiento ideológico nacional-católico para los escolares, ahora se propone nada menos que lavarles el cerebro con doctrina fascista pura y dura sacada de los viejos y polvorientos manuales de la tristemente célebre Formación del Espíritu Nacional (FEN) franquista. Y es que según acaba de manifestar desde su escaño de ministro en el Congreso de Diputados, von Wert se propone textualmente "españolizar a los niños catalanes". Viniendo de donde viene tal propósito nadie se llama a engaño sobre lo que nos avanzan esas palabras y cúal es su contenido real.

Y es que al parecer la derecha extrema/extrema derecha española se ha embarcado en una desquiciada carrera por recuperar y dar vigencia actual al pasado más criminal y doloroso de este país, el que corresponde a su etapa histórica más negra, la dictadura asesina del general Franco, a la que jamás ha renunciado en realidad. Los presuntos valores fascistas que el Gobierno español actual está intentando resucitar e inocular en los escolares no son solo anacronismos sin sitio en el mundo del siglo XXI, sino también peligrosos barrenos destinados a dinamitar el Estado democrático y la convivencia pacífica de los ciudadanos. 

La deriva fascista del Partido Popular (PP) es un planificado viaje de retorno a sus fuentes ideológicas y a sus orígenes organizativos, una aventura que muchos no estamos dispuestos a permitirles al menos mientras estén en el Gobierno del país. El PP  está provocando a conciencia una situación como la que precedió al 6 de octubre de 1934, aprovechando que en los tiempos que corren las izquierdas españolas no están en condiciones de responder adecuadamente a la presión que desde el Gobierno ejerce  la extrema derecha parlamentaria sobre la sociedad española. Ellos lo saben, y es por eso están apretando el acelerador: porque creen que no habrá respuesta organizada del pueblo español.

La brutal agresión a la democracia que comportan las palabras del infame ministro español de la Kultur fascista merece una respuesta proporcional desde el Parlamento y desde la calle. Es obvio que en Catalunya la van a tener: aquí no vamos a permitir que una banda de fascistas de manual le laven el cerebro a nuestros críos con las viejas mentiras y necedades del nacionalismo español más cerrilmente reaccionario. Y si para evitarlo hay que irse de esta España que de nuevo apesta a "cerrado y sacristía", como escribió don Antonio Machado de la de su tiempo, muchos vamos a tener que empezar a planteárnoslo.

En la fotografía que ilustra el post, José Ignacio Wert posa con aire entre mussoliniano y nazi.

lunes, 8 de octubre de 2012

Talibanas españolas identificadas en Roma




En la fotografía, dos mujeres portan velos,vestiduras y aditamentos que las identifican como integrantes fanáticas de una peligrosa secta islamis... perdón cristiana, durante una ceremonia organizada a nivel internacional por su grupo, el cual desde al menos la Edad Media está incurso en numerosos casos de crímenes contra la Humanidad.

Esas dos talibanas retratadas ayer en Roma han sido identificadas como la vicepresidenta del Gobierno español y la secretaria general del partido que gobierna en ese país. Ambas aparecen en la foto acompañando a un tal Bertone, segundo en la organización a nivel mundial y a quien se viene señalando en diversos medios como cabeza de una conspiración para terminar con el actual número uno, el alemán Ratzinger, de quien se sabe que en su juventud militó en las Juventudes Hitlerianas y no consta que haya renunciado a la ideología nazi.

domingo, 7 de octubre de 2012

Venezuela elige entre la horca y el fusilamiento



Catorce años de chavismo tocan a su fin y no solo por la decadencia física de quien ha encarnado esa etapa histórica, el coronel Hugo Chávez, sino sobre todo porque el proyecto de "revolución bolivariana" está ya completamente agotado y metido además en un callejón sin salida. El petróleo venezolano a precio "bolivariano" ya no compra voluntades políticas con la eficacia de antes, y hace tiempo que los discursos interminables retóricos y apayasados de Chávez dejaron de entusiasmar a las masas desposeídas del continente; incluso en Venezuela ha perdido casi todo su tirón popular.

El ascenso social y político de una nueva clase media de empresarios y negociantes mestizos enriquecidos por la corrupción "bolivariana", que ha regado también abundamentemente los bolsillos de un sector de los empleados públicos y sobre todo de la inmensa mayoría de los mandos militares, más la inercia de todos estos años de confuso discurso y praxis chapucera que entremezclan de modo disparatado el mesianismo milenarista, las referencias a Bolívar y a Jesucristo, la Revolución cubana de hace medio siglo y el "antiimperialismo" del régimen clérico-fascista de Irán, ha solidificado un populismo para consumo de masas y pseudointelectuales que finalmente se ha vuelto muy pragmático en la defensa de las posiciones sociales conquistadas por sus élites, y que a medio plazo acabará buscando acomodo en la nueva-vieja república venezolana que surja tras la desaparición del líder.

Enfrente de Chávez se sitúa teóricamente la oligarquía venezolana, que publicita ahora un candidato joven, listo, arrogante, pijo (en el sentido español de la expresión), impolutamente blanco, millonario y sin escrúpulos: Henrique (con "H", ya ven...) Capriles, un producto clónico de las viejas clases dominantes venezolanas.  Digo teóricamente enfrente, porque si Chávez sigue vivo y su régimen en pie es solo porque tras el golpe de Estado que sufrió, se avino a pactar con la oligarquía y compartir el poder y los recursos económicos con ella en lugar de intentar arrebatárselos, como quiso hacer el milico chusquero en su primera etapa en beneficio de su fronda. Es evidente que Chávez nunca pensó en cambiar nada,  y es por ello que tras 14 años de "revolución" las estructuras sociales y económicas del país permanecen intactas y la miseria crece a un ritmo desconocido incluso para un país latinoamericano, como consecuencia de  la proletarización de las clases medias y la lumperización de las trabajadoras, en tanto la oligarquía tradicional y la nueva burguesía "bolivariana" nadan en petrodólares. Ligada a esa realidad, la violencia, endémica en Venezuela desde tiempo inmemorial, se ha multiplicado por cinco durante el chavismo; es un indicador del grado de desesperación social.

Por todo ello parece razonable pensar que las elecciones que se celebran hoy no servirán para nada. Además, habrá que repetirlas muy pronto, tras la desaparición física de Hugo Chávez.

Mala señal para el futuro, eso sí, que durante la campaña electoral el chavismo haya recurrido al antisemitismo más cutre para combatir a Capriles (nieto de judíos), y que pistoleros afines al régimen campen más o menos a sus anchas baleando opositores. Cierto que es conocida de hace tiempo la zafiedad de ese régimen político, tosco y brutal hasta en sus maneras (o sobre todo en ellas), pero incluso un populismo crepuscular que a fin de cuentas habrá de negociar con sus enemigos la supervivencia de las parcelas de poder político, social y económico conquistadas por la nueva élite "bolivariana" (véase el caso paradigmático de la Nicaragua postsandinista, entregada al tándem orteguismo-oligarquía), debería empezar a aprender a comportarse en público.

Ante semejante panorama el voto responsable de los ciudadanos venezolanos de izquierdas políticamente conscientes debería ser hoy la abstención, o mejor el voto nulo, como muestra de desprecio a los intereses enfrentados este domingo en las urnas y a las personas que los encarnan en las respectivas papeletas electorales.

En la fotografía que ilustra el post, Hugo Chávez rodeado por la cúpula militar venezolana, verdadero sostén de su poder.

jueves, 4 de octubre de 2012

Advertencia importante a los tanques del ejército español que invadan Catalunya

 
(Una muestra de humor barcelonés, que circula estos días por Internet)
ASUNTO: TANQUES DEL EJÉRCITO ESPAÑOL QUE SE DIRIJAN A OCUPAR BARCELONA

ADVERTENCIA IMPORTANTE
A todos los militares españoles que se desplacen a Catalunya con los tanques,

Una vez que lleguen a Barcelona,

A) Los tanques que entren por la Diagonal deberán aparcar en el Paseo de Gràcia.

B) Los que entren por la Meridiana, aparcarán en Paseo de Sant Joan.

C) Avisamos a los conductores de los tanques que a los aparcados en doble fila se los llevará la grúa municipal.

D)  Entendemos que los españoles no sabéis lo que es un peaje, porque en vuestro país no existen, pero aquí son de pago obligatorio.

E) Intentad evitar pasar por el Túnel del Cadí. (Eso no se lo deseo ni al peor enemigo)

F) Es recomendable que vengáis más de 3 soldados en un tanque: así os harán descuento, si tenéis Teletac.

G) El no pagar en un peaje será sancionado con una multa de 100€.

H) Todos los tanques participantes habrán de tener la ITV al dia.

I) Si la necesitáis con urgencia, el señor Oriol Pujol Ferrusola os la conseguirá por una módica comisión del 3%.

J) Si observáis que la gente no os hace caso, no os enfadéis... es que estaremos trabajando!!!!!!
 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Eric Hobsbawm, testigo del siglo XX


La desaparición de Eric J. Hobsbawm representa de algún modo, el certificado oficial de que el siglo XX realmente ha finalizado, aunque para el historiador británico "el siglo corto", como él lo llamaba, hubiera acabado en 1989 al producirse el derrumbe del sistema imperial soviético (según él, el siglo había comenzado en 1917, con la Revolución Rusa).

Hobsbawm nació en Alejandría de Egipto, unos dicen que en 1915 y otros en 1917, en el seno de una familia judía de origen británico y alemán. El se sintió siempre anglosajón, y desde luego fue un verdadero gentleman a la antigua usanza. Su apellido es una adaptación fonética inglesa de su original judío. Con todo,  y como tantos otros judíos no creyentes, Eric Hobsbawm fue ante todo un ciudadano del mundo, un cosmopolita militante, y desde luego un antifascista furibundo.

Sus estudios los hizo en Viena y en Berlín. Siendo aún un adolescente  presenció el ascenso al poder de los nazis en Alemania, y no precisamente como espectador: junto con otros estudiantes se enzarzó en más de una batalla campal a pedradas y palos con aquellas fieras. De aquellos años provenía su compromiso inicial con el comunismo y su actitud vigilante y militante contra los rebrotes de la peste parda en Europa.

Más tarde, refugiado en Inglaterra, Hobsbawm pasa por Cambridge -donde se integra en el selecto grupo de futuros intelectuales comunistas de clase alta que casi coparon esa universidad en los años treinta-, y una vez iniciada la guerra se presenta voluntario para trabajar en la inteligencia británica. Le rechazan por comunista, pero le envían a construir fortificaciones en la costa, un servicio en el que el futuro historiador de los movimientos sociales contactará con genuinos miembros de la clase obrera británica, conociendo de primera mano sus necesidades, aspiraciones e imaginario colectivo. Ese período marcará toda su vida, y lo rememorará siempre con nostalgia.

Militante comunista convencido durante años, criticará sin embargo la invasión soviética de Hungría (1956), lo que le llevará a romper con el estalinismo y con el partido que lo representaba en Gran Bretaña. A partir de ahí comienza una larga trayectoria primero como comunista heterodoxo y progresivamente como marxista sin ataduras a praxis políticas concretas, aunque siempre le poseerá cierta benevolencia por un movimiento comunista al que, aunque fracasado y agotado, considerará como el mejor producto del siglo XX. En sus últimos años  Eric Hobsbawm se convierte en un referente para la izquierda del laborismo y para todo el complejo mundo a la izquierda del laborismo.

Un corresponsal gacetillero con más ignorancia que mala fe escribía ayer en EL PAIS que  Hobsbawm había inspirado la Tercera Vía de Tony Blair, lo que resulta un puro oxímoron no solo por la sideral distancia ideológica entre ambos, sino porque el historiador referido era un intelectual sólidamente construido y el político aludido solo un vulgar trepador carente de ideología, principios y ética. Más significado tiene el hecho de que Ed Miliband, actual líder laborista británico e hijo de otro pensador alemán exiliado también judío,  saludara a Hobsbawm como un referente intelectual e ideológico en la (re)construcción del Labour sobre premisas socialdemócratas que está intentando llevar a cabo, luego de la negra etapa neoliberal que supuso para esa organización el blairismo. 

Como historiador, la obra de  Eric Hobsbawm es titánica, y supera con creces en cantidad y calidad a sus en geenral valiosas pero a menudo cuestionables aproximaciones al análisis político contemporáneo. Su obra fundamental para mi gusto es "Las revoluciones burguesas", libro que tengo en edición de Guadarrama,  de 1974, en dos tomitos que leí por vez primera haciendo COU; un texto imprescindible para conocer todo lo que ha venido tras la Revolución Francesa.

Su monumental "Historia del siglo XX" ofrece una panorámica de las corrientes profundas de un siglo convulso que alumbró tantas cosas y tan diversas que se hace difícil su recuento ordenado y razonado, que es lo que intentó hacer su autor. El texto resulta a mi juicio esquemático y demasiado entusiasta del comunismo como ideología (aunque bastante menos de su praxis); en realidad, lo que circula a lo largo de sus páginas es una evidente nostalgia por la juventud perdida, en el doble significado: la juventud entendida como etapa de la vida personal del historiador, pero también de aquel movimiento comunista que luego envejeció tan mal, hasta llegar a la decrepitud y muerte en los años ochenta   

Mucho más interesante es "Naciones y nacionalismos desde 1780", publicada en 1990, a las puertas del resurgir nacionalista en el centro y este de Europa que se produjo en la última década de "su" siglo. Eric Hobsbawm disecciona aquí, desde el rigor metodológico marxista, implacable, un fenómeno ideológico superestructural clave cual es el nacionalismo burgués, desvelando sus raíces históricas y las razones de su éxito en las sociedades contemporáneas. Si me perdonan la referencia personal, es el texto que más me influyó en la construcción intelectual de mi rechazo a toda idea nacionalista por mítica, alienante y producto de la ideología burguesa. Entre paréntesis, la deuda aquí de Hobsbawm con Rosa Luxembourg es evidente, pero no recuerdo que el ex-bolchevique sintiera por ella mucha gratitud. 

Y llegamos así al que a mi juicio, es el trabajo más importante de  Hobsbawm (asociado a otros, en este caso), aunque fuera uno de los últimos que publicó: "La invención de la tradición", editado en España por Crítica en 2002, probablemente el texto universitario más rigurosamente demoledor para toda idea nacionalista que se haya escrito nunca. Con precisión de relojero, "La invención de la tradición" desmonta los mecanismos mediante los cuales se crea y recrea el pasado -inventando culturas, tradiciones, idiosincrasias, y por supuesto reescribiendo la Historia-, usando este como cimiento sobre el que basar la  dominación ideológica, todo cortado a medida de las necesidades que en ese terreno tienen las élites dominantes en cada etapa histórica.  El análisis de algunos ejemplos resulta en algún caso hasta divertido, como el que refiere la invención de los famosos kilts, las conocidas faldas escocesas presuntamente clánicas y antiquísimas... cuya popularización sin embargo fue obra de un sastre militar británico del siglo XVIII. El último capítulo del libro está destinado a dar a conocer "la fabricación en serie" (sic) de la inmensa mayoría de supuestamente viejísimas tradiciones nacionales europeas, producidas entre 1870 y 1914.

Añadiré una anécdota por mi cuenta, que estoy seguro Eric Hobsbawm debía conocer, y que desvela en toda su crudeza el fantasioso mundo de la invención de las tradiciones nacionales.

Seguramente recordarán la película "Braveheart", sobre el héroe nacional escocés William Wallace, papel que interpretó el actor australiano Mel Gibson en 1995. Rápidamente la película se convirtió en una de las señas de identidad icónicas del moderno nacionalismo escocés. Ocurre que algún tiempo después de su estreno los nacionalistas escoceses levantaron un monumento a Wallace, y dado que no se conoce que rostro tuvo ni como era su aspecto general, le pusieron a la estatua la cara de Mel Gibson y también su complexión física. Recuerdo que un nacionalista catalán escribía hace algún tiempo en un foro sobre este monumento, convencido de que el representado era William Wallace. En un par de generaciones, cuando nadie recuerde a Gibson y su película, todo el mundo creerá que la escultura es un retrato de William Wallace.

Así se generan las tradiciones nacionalistas: a partir de equívocos, yuxtaposiciones, mixtificaciones y manipulaciones en muchos casos infantiles. 

La fotografía que ilustra el post muestra el monumento a William Wallace, en el que el héroe escocés aparece con los rasgos del actor Mel Gibson. 

lunes, 1 de octubre de 2012

El PSC dice No




El Consell Nacional del PSC eligió ayer como cabeza de lista para las próximas autonómicas a su secretario general, el alcalde de Terrassa, Pere Navarro. El candidato designado alcanzó algo menos del 75% de los votos de los consellers, en tanto su contrincante, Montserrat Tura, una de las cabezas visibles del sector nacionalista del partido, obtuvo algo más del 25%.

Inmediatamente Navarro se puso en faena, y explicó varias cosas de cierta importancia. La primera, que el PSC dirá No a cualquier propuesta en favor de la independencia de Catalunya. La segunda, que se reactiva el federalismo como bandera del partido. Y una tercera, probablemente de mayor calado que las otras dos, y que contiene un guiño a un amplio electorado catalán: el PSC equidistará tanto de la solución independentista que supuestamente propone el señor Artur Mas como del envío de la Guardia Civil para meter en cintura a los catalanes que patrocina el Partido Popular.

El primer efecto saludable de todo esto será probablemente, detener el proceso de descomposición interna del partido de los socialistas catalanes.  La indefinición y la confusión que han reinado en esa formación política desde al menos las últimas autonómicas catalanas, celebradas hace dos años, parece que llega a su fin. La batalla interna la ha ganado Pere Navarro no solo al sector nacionalista y al viejo aparato, sino también y sobre todo al desmadre existente en el seno de esa organización política. Un partido ha de tener posicionamientos claros y actuaciones consecuentes con ellos. El que acaba de marcar Navarro es un camino entre los posibles, pero al menos tiene la virtud de señalar un rumbo determinado para un barco hasta ahora a la deriva.  

Más escepticismo despertará la reactivación del federalismo como propuesta política alternativa al independentismo nacionalista. Ya hemos comentado aquí que la idea federal no atraviesa sus mejores momentos ni en España ni en Europa, y que en todo caso esta no cabe en el marco político-jurídico español por más que la actual Constitución sirva tanto para un barrido como para un fregado en función de quien la interprete y tenga poder para imponer su interpretación. Ello es así en casi cualquier asunto salvo en uno fundamental: la forma que asume la jefatura del Estado y las consecuencias que se derivan de esta. La Monarquía es, reitero otra vez, el escollo principal para una profundización de la democracia española en cualquier sentido, especialmente hacia una estructura federal como la que requiere el Estado español si las élites están realmente interesadas en evitar su disgregación por medios pacíficos y democráticos.

El marcar territorio propio distanciándose de unos y otros, de nacionalistas de derechas catalanes y de nacionalistas de derechas españoles, es finalmente y sin duda, la mejor apuesta de Navarro y del PSC, si son capaces de perserverar en ella. Es lo que quiere escuchar su electorado, sencillamente. Si esa apuesta es sincera y creíble, el PSC mantendrá su espacio actual o incluso puede recuperar terreno, pero si no le creen, cosa que tampoco sería de extrañar, seguirá en caída libre.

En suma, la apuesta de los socialistas catalanes es (o debería ser) resituar el eje de la lucha política en su dimensión real (izquierda-derecha), y no en la ficticia (catalanismo-españolismo), que es la que beneficia obviamente a las derechas. Con una gestión del Gobierno CiU salvajemente neoliberal, el espacio para la reconciliación del PSC con los electores de izquierda se abre ancho y plural, máxime tras la deriva insensatamente nacionalista de ICV-EUiA. Desde la socialdemocracia honestamente reformista a la extrema izquierda honestamente altermundialista, millones de ciudadanos catalanes pertenecientes a las clases trabajadoras y populares necesitan (necesitamos) que alguien tome la bandera de la defensa de sus derechos y intereses, que en Catalunya están siendo agredidos como nunca de manera concertada por CiU y PP.

El PSC no debería enredarse ahora por tanto en la contraposicion del federalismo al independentismo o al Estado centralizado, sino defender públicamente a machamartillo lo público y sus implicaciones, al tiempo que ofrece una propuesta de otra manera de gestionar la crisis en favor de aquellos que sin tener la menor resposabilidad en el actual desastre económico y social actual, están siendo obligados a pagarlo y cargar en exclusiva con sus consecuencias.  Si lo hacen así ahí nos vamos a encontrar muchos, votándoles; en caso contrario, es posible que estas sean las últimas elecciones para el PSC.

En la fotografía que ilustra el post, Pere Navarro, Primer secretario del PSC y alcalde de Terrassa.