Se
fue el tipo más grande que escribió en español desde que Cervantes soltó la
pluma.
Esta
noche lloverán de nuevo pájaros sobre cualquier aldea, un tren de la United
Fruit circulará otra vez llevando al mar los cadáveres de miles de jornaleros
en huelga asesinados, el dictador-patriarca volverá a servir en un banquete el
cuerpo del general golpista cocinado y con una ramita de laurel en el hocico,
alguien pegará pasquines por las calles de un pueblo que
desencadenarán otra mala hora, y en la cripta de una catedral latinoamericana
cualquiera las trenzas infinitas de una marquesita-niña muerta en tiempos de la
Colonia saldrán de su tumba para extenderse por el pavimento.
Pero
Gabito ya no estará allí para contárnoslo.
A
estas horas ya se habrá reunido con toda su familia: las Úrsulas, las
Amarantas, los Aurelianos, los Arcadios y las infinitas combinaciones de estos
nombres, los de sus antepasados, que aparecen en "Cien años de
soledad". Y seguro que en alguna nube deben tenerle montada una buena
rumba Alvaro Mutis, Omar Torrijos, Graham Greene, Tony de la Guardia y tantos
otros que se fueron o les obligaron a irse antes que él.
En la imagen que ilustra el post, Gabriel García Márquez, en fotografía tomada por Colita durante sus años de residencia en Barcelona.
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