viernes, 26 de octubre de 2012

La declaración de renta de Urdangarín



De Iñaki Urdangarín ya sabíamos gracias a las diligencias judiciales que es un mezquino miserable, un ricacho sin escrúpulos ni conciencia. Para el servicio doméstico del palacete que habitaban él y su mujer, la infanta Cristina de Borbón, en el selecto y exclusivo barrio de Pedralbes de Barcelona, tenía trabajando sin contrato a inmigrantes ilegales sin papeles a los que pagaba sueldos ridículos, dinero que les era entregado en mano dentro de sobres por un acólito del duque en bares donde se les citaba para pagarles.

Gracias al procedimiento judicial acabamos de saber esta misma semana que don Iñaki percibía un  -misérrimo, para un yerno real- sueldo de 3000 euros brutos mensuales, y que aún así don Iñaki consiguió en 2004 una hipoteca de La Caixa por cinco millones de euros a pagar en 30 años. Ahí es nada el sablazo.

Hoy el diario EL PAIS reproduce la declaración de renta de Iñaki Urdangarín. Y la verdad es que el documento no tiene desperdicio, al contrario que el propio declarante, el duque de Palma consorte, don Iñaki Uurdangarín, un desperdicio de persona todo él.

El salario bruto anual de don Iñaki (36.000 euros) es netamente inferior al que percibe un servidor de ustedes, un ciudadano que como casi todos las pasa canutas para llegar a fin de mes y eso que yo no tengo hijos. ni coche y voy a todas partes en "metro". Don Iñaki tiene en casa cuatro hijos, una infanta de sangre real y dudo que sea un adicto al bonobus o que se desplace en Seat Panda. O sea, que no me salen las cuentas.


Al examinar los rendimientos del capital inmobiliario, casi dan ganas de abrir una cuestación benéfica a nombre de su familia. Resulta que los intereses de sus cuentas y activos financieros no le rentan ni 2000 euros anuales, y unas letras del Tesoro le devengan 1.800 euros. Conozco mendigos de mi barrio que le sacan más jugo al óbolo caritativo que perciben en la puerta de la iglesia.

Pero donde me ha llegado al alma don Iñaki, es en el capítulo vivienda. Y es que según el valor catastral asignado al palacete de Pedralbes de su digna propiedad, y una vez dividida al 50% la renta que se le imputa, la parte correspondiente al declarante no llega a los 15.000 euros. Sumando la otra mitad que se supone declara su santa esposa, la infanta de España, tenemos que la principesca vivienda cotiza por un valor de menos de 30.000 euros, una cantidad esplendorosamente inferior a la imputada a mi piso de barrio obrero en la misma ciudad en la que residen  Urdangarín y su consorte.

No diga golfo sinvergüenza, diga Iñaki Urdangarín.

Por cierto ¿cómo es posible que tras recibir semejante burla en forma de declaración de renta Hacienda no llevara al juzgado de inmediato a don Iñaki por estafa fiscal?. ¿Qué complicidades existen en este y en otros casos semejantes?.
  

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