El lunes publicó EL PAIS dos breves agrupados en una columna cuya lectura consecutiva le debió cortar la digestión del desayuno a más de uno y de dos, sobre todo en esos medios que se suelen llamar las "élites políticas".
Resulta que el rey de España expresó "comprensión, si es que no incluso simpatía", por los golpistas del 23-F de 1981. Lo dice quien entonces era embajador de Alemania en la capital del Reino. Según este diplomático, de nombre Lothar Lahn, Juan Carlos de Borbón tuvo palabras "casi de disculpa" para los golpistas durante una reunión privada entre ambos celebrada en el palacio de la Zarzuela apenas dos semanas después del intento de golpe de Estado (militar, por supuesto). Ríanse pues de las revelaciones de Wikileaks, ante el calado y la gravedad de las que ha hecho públicas el embajador alemán.
Durante esa reunión privada el rey Juan Carlos le explicó al diplomático Lahn que los militares rebeldes "solo querían lo mismo a lo que todos aspiramos: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la calma". Estas demoledoras palabras se contienen en el despacho 524 enviado por el embajador alemán a Bonn, y si el tiempo y la autoridad no lo impiden se publicarán íntegras en el semanario Der Spiegel en unos días.
Sin pausa para respirar tras la impresión recibida, al leer el segundo breve nos enteramos de que un "magistrado del Tribunal Supremo pide que se cite a declarar a la infanta Cristina". Al parecer, no todos los jueces del Supremo se maman el dedo o intentan hacernos creer que lo hacen.
Este juez, llamado José Ramón Soriano, declaró el domingo que "si hay que meter a Iñaki Urdangarin en la cárcel, pues se le mete". Asimismo se mostró partidario de que se cite a declarar a la infanta Cristina por los asuntos de corrupción en los que andaba su marido, señalando de paso que "los casos Gürtel, Brugal, Matas o Urdangarin son "escandalosos". Soriano no se paró ahí en sus declaraciones, realizadas al periódico "La Nueva España". Recordó que el rey "dijo en su discurso de Navidad que la Justicia es igual para todos", y que por tanto la citación judicial de Cristina no puede soslayarse. "Si yo fuera el responsable de esa instrucción, claro que lo haría. Si formaba parte de unas sociedades, algo sabe", remachó el juez Soriano. Y acababa su señoría con este bombazo: "parece que la mayor responsabilidad es de su marido, pero él arrastró a la compañera, que parece que no es una persona tonta. Citarla contribuiría a que el ciudadano creyera en la Justicia", alegó Soriano.
Se diría que en el circo de la Zarzuela los enanos están creciendo a una velocidad de vértigo. Y es que la Monarquía española, tan sencilla y campechana ella según los masajistas mediáticos de guardia, empieza a desprender un intenso olor a podrido, de cadáver en descomposición.
En la imagen que ilustra el post, la familia real española al completo, en una fotografía oficial que evoca inevitablemente el cuadro de Goya "la familia de Carlos IV".
No pasa nada, la estrategia de El Pais y El Mundo es colocar cuanto antes al heredero y su liztìzima esposa y que todo cambie como siempre, para que todo siga igual.
ResponderEliminarSon los deseos queienes nos hacen ver otra cosa amigo. Ojalá me equivoque.
Salud y Republica,