miércoles, 29 de febrero de 2012

Memoria personal de Maria Aurèlia Capmany




Estos días finalizan los escasos actos de homenaje a la escritora catalana Maria Aurèlia de Capmany, fallecida hace -¡ya!- 20 años. Los han preparado con pocos recursos y mayor desgana las instituciones públicas del país que tanto amó y que tan pronto olvida a la gente que merece la pena. El tiempo todo lo devora, es cierto, pero me parece especialmente injusto el modo en que el recuerdo de esta mujer se ha desvanecido, sobre todo en los círculos de la izquierda oficial y oficiosa. Para que la conozcan un poco, les dejo aquí algunas pinceladas de mi memoria personal.

María Aurèlia Capmany fue una de las mejores novelistas y ensayistas en lengua catalana del siglo XX. Pero fue sobre todo una mujer excepcional: feminista, izquierdista, peleona frente a toda injusticia, con una idea del socialismo fuertemente enraizada en valores de liberación colectiva social y cultural. Desde los años sesenta participó activamente en cabeza del movimiento feminista barcelonés y de la reivindicación cultural catalana frente al fascismo castellanizador franquista. Tengo entendido que ella fue la primera en definir el concepto "Països Catalans", como expresión de una realidad cual es la unidad cultural entre las tierras de lengua catalana y ciertamente sin el matiz político que inventaron luego los pancatalanistas.

 En los años setenta se incorporó de lleno al proceso fundacional del Partit Socialista de Catalunya (Congrés), el partido que organizó el primer mitin público en España después de la muerte de Franco, en junio de 1976, en un Palau d'Esports de Barcelona lleno a reventar; fue el mitin en el que Joan Reventós gritó que allí se estaba "sudando socialismo". En el PSC(C) confluyó mucha gente de la izquierda y la extrema izquierda catalanas de entonces: Convergència Socialista de Catalunya (el grupo principal y más numeroso), un colectivo de veteranos militantes históricos del POUM, una escisión comorerista (nacionalista) del PSUC, el indefinible Partit Popular de Catalunya (nada que ver con los neo franquistas del PP, partido que obviamente entonces no existía), otro grupo de gente de ERC (en general poco recomendables, por aquello -ya entonces- de los "negocis"), diversos colectivos de cristianos de base y de independentistas de izquierdas, y en fin, un nutrido grupo de intelectuales entre los que Maria Aurèlia ocupaba lugar de honor.

Algunos meses más tarde traté por primera vez a Maria Aurèlia durante uno de los muchos actos descentralizados del I Congrés de Cultura Catalana, celebrado éste en un barrio obrero de Barcelona y en el que hubo una asistencia mayoritaria de gente trabajadora y castellanoparlante. Fue una cosa realmente emocionante. La Capmany estuvo mitinera, le encantaba hablar a gritos ante auditorios populares. Treinta y muchos años más tarde la recuerdo con toda nitidez aquella noche, declamando a voces los versos terribles de Salvador Espriu dirigidos contra el general Franco: "¡A veces es necesario que un hombre muera por un país, pero nunca que un país entero muera por un solo hombre!"

Años más tarde María Aurèlia fue concejal barcelonesa por el PSC actual, el surgido tras la fusión del PSC(C) con la Federación Catalana del PSOE; fue edil primero de Cultura y luego de Ediciones y Publicaciones, En Cultura desplegó proyectos con inversiones "macro" para los que difícilmente se encontró financiación, como fue la rehabilitación y conversión del Palau de la Virreina, situado en plena Rambla, en sede de la concejalía (algún día les contaré la leyenda de la maldición de La Virreina y su impacto aparente en la propia Maria Aurèlia y el equipo que dirigía, una historia de verdadero realismo mágico latinoamericano).  Cuando ella estaba al frente de Publicaciones trabajé un tiempo a sus órdenes, lo que me deparó algunas experiencias a veces curiosas y a veces aleccionadoras.

La imagen que conservo de María Aurèlia es la de una mujerona grande, exhuberante en sus gestos y de conversación torrencial, mandona y un punto ególatra, nada cuidadosa en el vestir ni en su aspecto general, siempre armada con un puro tremendo, que prendía de sus labios de un modo feroz e idéntico al actor Edward G. Robinson en sus inolvidables papeles de gánster hollywoodense. Cuando trabajé con ella estaba ya muy enferma y no fumaba casi, pero aún así el humo seguía formando parte de su vida, sino recuerdo mal. En las escasas ocasiones en que hablamos a solas me llamaba "nen" (chico). Una vez me regaló uno de sus libros, usado pero bien conservado, que sacó de una estantería de su despacho en la que al parecer tenía algunos ejemplares para ojear y regalar a las visitas; estábamos hablando de algún asunto de trabajo que no recuerdo, cuando de repente se levantó de un salto del sillón, tomó el libro y me lo dio sin explicaciones ni ceremonias: "té, nen" (ten, chico). Así era ella. Le gustaba acogotar a los hombres, hacerles sentir su autoridad desplegando ante ellos un histrionismo teatral a veces colérico mediante el cual se transmutaba en una especie de todopoderosa matrona romana, en ocasiones un verdadero Júpiter tonante; pero de repente le salía a borbotones toda la ternura y bondad que escondía tras esa fachada de dureza rocosa; en definitiva, su acidez y mala leche eran un escudo tras el que se protegía una mujer frágil y sensible.

En esos años finales de su vida Maria Aurèlia vivía en la Plaça del Rei, muy cerca de la Rambla, a pocos pasos de la librería municipal, por donde se dejaba caer con alguna frecuencia. Una vez le dije que desde hacía unos días nos estaban robando libros, algo inédito en aquel local. Se encogió de hombros y me contestó con cierta picardía: "señal de que hay alguien a quien le interesan", lo que no dejaba de ser una reflexión irónica sobre su propio papel como editora habida cuenta el férreo control que ejercía en la selección y publicación de títulos del catálogo municipal, que era el producto que vendíamos allí.

Algunas tardes en esas visitas por sorpresa a la librería apareció en compañía de Montserrat Roig, escritora catalana mucho más joven que ella y aquejada del mismo mal, un tumor cerebral, que moriría apenas unos meses antes que Maria Aurèlia. Personalmente nunca he sentido ningín interés por la Roig, entonces una escritora en la cresta de la ola; me pareció siempre una niña burguesa jugando a "roja", un personaje muy típico en la Barcelona de los años del tardofranquismo y los inicios de la transición. Entonces no entendí qué podía ver Maria Aurélia Capmany en ella, teniendo en cuenta sus caracteres tan distintos; hoy pienso que quizá Montserrat Roig era esa hija lista, guapa y pija que seguramente Maria Aurèlia hubiera querido tener.

Y en fin, su amor por los libros la llevaba a considerarlos como tesoros, que coleccionaba y cuidaba con mimo. Al parecer, tenía una biblioteca extraordinaria. Sabiendo cercano su final, sin embargo, un día me comentó en confidencia inopinada: "¿sabes? el día que yo me muera, por mí pueden abrir las ventanas de casa y tirarlos todos a la calle". Era una forma de decir que con la muerte, todo acaba.

Cuando murió y llevaron sus restos al Ayuntamiento, el personal de su departamento los recibimos en el patio interior del edificio noble, en la plaça Sant Jaume. El coche fúnebre llegó en medio de un gran silencio. Estábamos allí quizá dos docenas de personas de su concejalía, además del alcalde Maragall y algunos cargos más. Poca gente. Recuerdo aquél silencio espeso entre los muros grises del edificio gótico, en un día desabrido y como a propósito para un funeral. Luego vinieron los homenajes, las medallas y el olvido. 

En la fotografía que ilustra el post, Maria Aurèlia Capmany en su escaño de concejal barcelonesa.

lunes, 27 de febrero de 2012

La extensión de la pobreza en España




Los índices de pobreza en España comienzan a ser más que preocupantes, catastróficos. En 2012, uno de cada cinco catalanes, uno de cada cuatro españoles y uno de cada tres extremeños, son pobres. Y esto no ha hecho más que empezar.

En Catalunya vive en la pobreza un 20% de la población, cifra seguramente mucho mayor en las grandes poblaciones del área metropolitana. En Extremadura, la región campeona en esto como en tantas otras cosas lamentables, la pobreza alcanza al 38% de la población. La media española está alrededor del 20%, aunque hay zonas con cifras espeluznantes, acordes con las del paro, que en algunos lugares de Andalucía alcanza el 30% y el 40% de la población en edad de trabajar, y que en entre los jóvenes de Cádiz rebasa el 50%.

Como digo, esto no ha hecho más que empezar, pues aunque las cifras de paro en España estén cronificadas desde hace décadas, acaso siglos, por causa de las brutalmente injustas estructuras socioeconómicas imperantes en este país desde mucho antes de que se inventara en capitalismo,  ocurre que la famosa crisis internacional global y la crisis autóctona que se ha dado en llamar "del ladrillo" , han venido a desnudar, agravándolo, un problema que nadie en este país, salvo acaso durante el trienio reformista que abrió la Segunda República, ha intentado seriamente enfocar y modificar en sentido positivo.

Y es que la pobreza no es un fenómeno aislado del contexto económico, social, político y cultural en el que se desarrolla sino un subproducto de todo eso junto, fruto no tanto del fracaso colectivo de una sociedad como de la voluntad de perpetuar situaciones de explotación y marginalidad que producen ingentes beneficios para los bolsillos de unos cuantos: antaño para la aristocracia y los  terratenientes, más tarde para la burguesía comercial y financiera, y hoy para los especuladores salvajes, los reyes del fraude económico, a cuyo servicio trabajan politicastros y tecnócratas sin conciencia.

El juicio a Iñaki Urdangarín, el yerno del rey de España, es en cierto modo el juicio a toda esa clase neoburguesa, que ha amasado sumas incalculables saqueando los presupuestos públicos como fórmula de enriquecimiento. El modo ein que esta gentuza ha allegado sus fortunas ha sido precisamente el fomento de la pobreza colectiva, en la medida en que el dinero robado no solo ha sido detraído directamente de los bolsillos de los contribuyentes sino también de la economía productiva. Al cabo ¿para qué esforzarse por mantener en marcha durante años una industria por rentable que sea, si un pelotazo financiero bien dado puede multiplicar de modo exponencial los beneficios a obtener en un período de tiempo ridículamente corto?.

Es así como el crecimiento de la  pobreza española resulta ser el reverso de la moneda del aumento desproporcionado de los beneficios de estos ricachos especialmente canallas.

domingo, 26 de febrero de 2012

Cultura española y olé


El vuelo de TAP (Transportes Aéreos Portugueses) procedente de Lisboa acaba de aterrizar en Barcelona sobre las 13h, hora local. 

La voz de una azafata grabada en una cinta despide a los viajeros en inglés y portugués. Apenas acaba, del fondo del avión llega la recia queja castellana de una hembra de rompe y rasga:

- "¡¡¡¡Ahora que lo has dicho EN CATALÁN, despídete EN ESPAÑOL!!!!!".

Sin comentarios.


En la imagen que ilustra el post, un burro repasa su árbol genealógico. Grabado perteneciente a la serie Los Caprichos, obra de Francisco de Goya.

jueves, 23 de febrero de 2012

El gobierno español se burla de los hipotecados desahuciados




El gobierno español acaba de anunciar a bombo y platillo la propuesta que supuestamente solucionará el problema de aquellos hipotecados que al no poder continuar haciendo frente al préstamo bancario que han de devolver, no solo pierden la vivienda adquirida por ese procedimiento sino que la entidad bancaria prestamista les sigue cobrando las cuotas hasta la liquidación total del compromiso adquirido.

Si uno lee los titulares de la perrera mediática de hoy, se queda con la impresión de que efectivamente, se acabó el problema de las hipotecas impagadas, los consiguientes desahucios y el dogal al cuello que representa una deuda imposible de liquidar para aquellas familias que al quedarse sin ingresos, están condenadas a perder hasta el techo bajo el cual viven. Nada más lejos de la realidad, ya que lo que acaba de hacer el gobierno español es "recomendar", "sugerir" y "animar" a las entidades bancarias a aceptar de modo voluntario la dación en pago, esto es, la devolución de la vivienda y el cese de la obligación hipotecaria, y ello exclusivamente en los casos de familias en las que ninguno de sus miembros perciba ingresos de cualquier clase. Quedará por tanto al arbitrio de la entidad bancaria decidir si acepta o no el trato, y las condiciones en que se realizará este. El gobierno por su parte "estimulará" esta práctica mediante ventajas fiscales para la entidad bancaria que tenga tan generoso gesto con uno de sus vampirizados.

En definitiva y una vez más, la banca gana en todas las apuestas posibles: se quedará con la vivienda, con el dinero de la hipoteca ya pagado y además obtendrá sustanciosas regalías de Hacienda que evidentemente se cargarán al presupuesto público. Y todo ello, insisto, sin ninguna obligación por su parte, tal como recordaba ayer en la radio un dirigente de la patronal bancaria, a quien le parecía muy bien la medida siempre y cuando tenga carácter voluntario, tal como se ha anunciado; es decir, siempre que sea el banco o la caja prestamista quien decida si le permite a su víctima acogerse a ella o no.

En resumidas cuentas, en este asunto como en tantos otros estamos donde estábamos, solo que un poco más ahítos de propaganda gubernamental. Las hienas siguen riendo, ahora a costa de los más desesperados. ¿Hasta cuándo?.   

martes, 21 de febrero de 2012

Robocop ataca a menores en Valencia




Las vergonzosas imágenes de la policía antidisturbios apaleando y deteniendo a niños de 14 años en Valencia deberían hacer reflexionar, si es que ello es posible, a los dirigentes del gobierno español. Así no se puede seguir, encabronando el país con medidas salvajes y luego zurrando la badana a los perjudicados para que no incordien con sus protestas. ¿Pero qué broma es esta? ¿adónde pretende llevarnos el Partido Popular, de vuelta al franquismo caliente de los años sesenta y setenta? 

Los chavales de Valencia protestan porque en esa región económicamente saqueada, en la que  millones de euros han volado nada presuntamente durante años y años de los presupuestos públicos hacia una red mafiosa todopoderosa, tramada y perpetrada por decenas de políticos derechistas y empresarios afines de esa comunidad, la recién descubierta austeridad impulsada en España por el Partido Popular ha llegado al extremo ridículo de cortar la calefacción a un instituto escolar valenciano, el Lluís Vives.

El conflicto ha estallado cuando los alumnos de esa escuela pública se han echado a la calle para reclamar lo que es suyo, y la animal que ejerce como delegada del Gobierno español en el País Valenciano, una tal Paula Sánchez de León, les ha enviado una manada de Robocops para agredirlos brutalmente como solo son capaces de hacer esas fieras disfrazadas de soldados galácticos que al parecer pueblan las unidades de ¿antidisturbios? de los llamados Cuerpos y Fuerzas de Seguridad estatales y autonómicos.

Ítem más, anoche el jefe de policía de Valencia se refería en rueda de prensa a los imberbes manifestantes como "el enemigo", y se mostraba a sí mismo como un estratega militar de altos vuelos dando aguerrida batalla a tan peligrosa tropa de subversivos; ni la policía argentina en tiempos de la Junta Militar llegó a ese comportamiento público tan extremadamente idiota. De dónde toma esa gente sus argumentos ideológicos queda claro cuando recordamos que hace apenas un par de años, en una manifestación en contra de la especulación urbanística patrocinada por el Ayuntamiento de Valencia en el barrio del Cabanyal, un mando policial fue fotografiado llevando una chapa con la efigie del dictador Franco prendida del uniforme. No es de extrañar por tanto que en cuanto los políticos que mandan ahora azuzan a tanto psicópata y fascista como por desgracia sigue habiendo en la policía española, se produzcan de inmediato las consecuencias cuyas imágenes, para pasmo general de nuestros convecinos europeos, se están viendo estos días en la prensa internacional. España vuelve a ser la vergüenza de Europa.

En la imagen, tomada hace unas horas en Valencia, un grupo de antidisturbios da brutales patadas a un estudiante caído en el suelo.

domingo, 19 de febrero de 2012

España se manifiesta contra la Contrarreforma laboral


Las 57 manifestaciones de este domingo convocadas por los sindicatos CCOO y UGT contra la Contrarreforma laboral perpetrada por el gobierno derechista español, han sido de largo las más multitudinarias que se recuerdan en muchos años. Medio millón de manifestantes en Madrid, 400.000 en Barcelona, 80.000 en Valencia, 50.000 en Gijón, 70.000 en Zaragoza... En todas partes se ha pedido a gritos una huelga general como respuesta a esta agresión criminal a los derechos de los trabajadores, que pone en peligro su propia supervivencia física y la de sus familias.

En Barcelona, cientos de miles de manifestantes han ocupado el centro de la ciudad y desfilado por el paseo de Gràcia bajo el lema "Ni reforma laboral, ni recortes". Los gritos iban dirigidos tanto contra el gobierno español neofranquista del PP como contra el gobierno catalán nacionalista reaccionario: "¡Esto no es una crisis, esto es una estafa!", ha sido uno de los más coreados.

Se acabó pues el aborregamiento de masas. La patronal, los especuladores y sus lacayos políticos nos han declarado la guerra, y la van a tener: la contestación está ya en la calle, y no va a parar de crecer. ¡Huelga general para tirar abajo los planes repugnantes de estos palanganeros del capital más ladrón! ¡Ni un paso atrás en la defensa de los derechos de los trabajadores!.

viernes, 17 de febrero de 2012

La risa de las hienas. La CEOE celebra la Contrarreforma laboral




Ahí les tienen, dos hienas riendo en público: Juan Rosell (a la derecha de la imagen), presidente de CEOE (la patronal española), el padrino de padrinos, y un tal Terciado, presidente de CEPYME, una de las patronales integradas en aquella, carcajeándose sin disimulo ni rebozo, felices con el decreto-ley del Gobierno que ha puesto de rodillas y a sus pies eso que llaman "el mercado laboral español".

Y es que el empleado que tienen los grandes capitalistas y especuladores en La Moncloa, el pobre Mariano Rajoy, ha tenido la ocurrencia de decir que con la reforma laboral que acaba de perpetrar el gobierno derechista "la patronal pierde mucho poder". O Rajoy es un idiota sin remedio -algo no descartable desde luego, vista su trayectoria y comportamiento general-, o realmente su capacidad de cinismo no tiene límites.  Por poner solo un ejemplo del contenido de la reforma de marras,  a partir de ahora la negativa de un trabajador a ver reducido su ya escueto salario será causa de despido fulminante con "derecho" a una indemnización de nueve meses por año trabajado. Así cualquiera se parte de la risa, oigan.

Ya metidos en harina, Rosell y su palanganero aprovecharon la ocasión para pedir la reforma del derecho de huelga, a fin de evitar que "por defender los derechos de algunos se estropeen y se machaquen los derechos de otros"(sic). Naturalmente, los únicos derechos que Rosell concibe son aquellos que permiten enriquecerse sin freno a los sinvergüenzas como él mediante la explotación de los trabajadores sin reglas ni cortapisas.

Todo de mucha risa, como pueden ver.

jueves, 16 de febrero de 2012

Vuelven las clases sociales (que nunca se habían ido)


En el suplemento Catalunya del diario EL PAIS de hoy aparece una interesante entrevista a la socióloga marxista catalana Marina Subirats, que acaba de publicar el libro Barcelona: de la necessitat a la llibertat. Les classes socials al tombant del segle XXI (editado por L’Avenç  en catalán y por UOC en castellano).

Subirats tiene a la espalda una larga trayectoria profesional y política que la acreditan como una de las mejores conocedoras de eso que antes llamaban "las clases sociales", hoy formalmente desaparecidas por decreto político-mediático. Seguidora del sociólogo francés socialdemócrata de izquierda Alain Touraine y del historiador marxista catalán Josep Fontana, Marina Subirats es una mujer vinculada -ella sí- a la lucha por la liberación de la mujer, de esas que no necesita alardear de su condición femenina para exigir respeto profesional y personal; no lo necesita, su formación, capacidad intelectual y trayectoria lo hacen por ella.

Ciñéndose al caso de la ciudad de Barcelona pero dejando multitud de ventanas abiertas a la extrapolación -desde el rigor científico, no desde el mecanicismo catequista-, en un mundo globalizado en el que nada ocurre de modo aislado en el nivel local, Subirats habla de conceptos tan aparentemente anticuados según los postmodernos como "la conciencia de clase" y su pérdida durante estas pasadas dos décadas de falsa prosperidad, y de como esa desaparición genera desconcierto ante la situación actual. "Volvemos muy atrás: violencia, enfrentamiento, conflicto" dice la socióloga. La lucha de clases se ha convertido en un sálvese quien pueda, con episodios a cara de perro como los que se están viviendo en Grecia en un extremo y otros que dan a entender la más absoluta idiotización colectiva como sucede en la España de ahora mismo, del otro.

Como no tenemos conciencia de clase, viene a decir Subirats, no sabemos explicarnos lo que está pasando. La ola "conservadora" iniciada por Reagan y Tatcher ha ganado finalmente la hegemonía en todos los ámbitos, y no solo en la ideología y las mentalidades colectivas. De la economía a la política, pasando por la (in)cultura de masas y la forma de interiorizar los valores superestructurales referentes (religión, nacionalismo, pre-juicios...), todo está intoxicado y monopolizado por la óptica fabricada por el neoconservadurismo salvaje que nos domina. Ahora todos somos clase media, o eso dicen quienes responden a las encuestas aunque sean parados o subempleados y vivan en un barrio marginal. De todos modos, en la creación del mito de la clase media como Gran Mentira de estupefacción social de masas que vivimos ha tenido un papel singularísimo la socialdemocracia, gozosamente instalada en el papel de gerente delegado de los amos del capital hasta que éstos la han expulsado del dorado despacho de pseudodirección en el que la habían encerrado.

Contra este estado de cosas, Subirats, siguiendo a Fontana, apela a la "épica histórica": "Es el momento de que las clases sociales vuelvan a actuar como tales. Es necesario que la acción de la clase trabajadora y de gran parte de la clase media reequilibre las cosas", y remacha: " Nada está escrito y si la gente se pone a ello, como hicimos otros durante el franquismo, saldremos adelante". Optimista gramsciana, finalmente, la señora Subirats.

Acaba Marina Subirats caracteriza las clases sociales en la Catalunya actual, de un modo que pienso es además de acertado extensible al resto del país:

Clase corporativa: el 1% de la población. Una nueva clase "trasnacional, financiera, neoliberal e invisible. De algún modo, ha substituido a la antigua gran burguesía" (absorbiéndola, diría yo).

Clase media alta: el 4% de la población.  Desaparecido el industrial y comerciante tradicional, esta es "la nueva burguesía propietaria que vota CiU pero también PP y ERC" (según convenga a sus intereses hegemonistas en cada momento, obviamente).

Clases medias "profesionales": un conglomerado formado por un  20% de la población, asalariados calificados y trabajadores públicos "progresistas y preocupados por el futuro de sus hijos", y otro 10% más que serían los autónomos que "con el discurso del emprendimiento aspiran a la burguesía pero en realidad son carne de cañón".

Classe trabajadora. Engloba a más del 50% de la población y es “la principal víctima de los recortes". Está integrada por tres grupos: los obreros jubilados "protagonistas de la transición", que están viviendo en el límite con la pobreza (y dentro de ella en muchos casos, se lo garantizo); los trabajadores por cuenta ajena jóvenes y adultos "abocados al paro, castellanoparlantes y ganados por el conservadurismo"; y los inmigrantes "con buena formación pero los últimos de la fila".

Si todo esto no constituye la receta de un cóctel molotov social que riánse ustedes del que ha explotado en Grecia, que venga Marx y lo vea.

En la fotografía que ilustra el post, decenas de miles de manifestantes salieron a la calle el 28 de enero pasado en Barcelona para protestar por los recortes sociales y la destrucción calculada de los servicios públicos.

martes, 14 de febrero de 2012

Doping y patriotismo, la heroína legal de los españoles



Los medios de comunicación españoles andan escandalizados estos días porque la prensa europea señale el doping masivo en el deporte-espectáculo español como causa última del inesperado alud de éxitos deportivos de un país, que si por algo se había distinguido históricamente es por la sucesión inacabable de sus fracasos en las competiciones internacionales de cualquier modalidad deportiva.

Y sin embargo, hace años que las sospechas sobre dopaje masivo planificado por clubs y organismos deportivos planean sobre el deporte español, el profesional y el falsamente amateur. Recuerden que en los años noventa se produjo un verdadero desembarco de preparadores deportivos provenientes de países del Este de Europa, cuyos métodos de dopaje planificado impulsado desde instancias estatales son conocidos de sobra, sobre todo por las repercusiones físicas y mentales que han tenido sobre los deportistas que lograron aquellos éxitos tramposos al servicio de la propaganda de los regímenes comunistas.

Una serie de artículos de  LE MONDE publicados hace cuatro o cinco años acusó a los principales equipos de fútbol profesional españoles de planificar el dopaje de sus plantillas a través de sus propios servicios médicos y técnicos en función de las exigencias del calendario de competición. De eso hace ya unos años como digo, y las protestas que se levantaron entonces entre los clubs aludidos fueron más bien formales y discretas. El FC Barcelona exigió que se limpiara "su honor" (aunque por si acaso, aquella misma temporada dio de baja a todo el cuadro médico y técnico al que pudiera relacionarse con el asunto), y otros clubs señalados, como el Real Madrid o el Valencia, ni siquiera protestaron más allá de alguna suave nota de prensa reivindicando su honradez en estos asuntos.

El caso del ciclismo es bien conocido de todos, y el atletismo español lleva años produciendo escándalos como el de Marta Domínguez, presunto vértice de la presunta red de dopaje extendida especialmente por los presuntos centros de alto rendimiento deportivo oficiales, cuyas conversaciones telefónicas grabó (nada presuntamente, por cierto) la policía, desvelando una trama que controlaba y se lucraba con el dopaje a gran escala y en la que participaban médicos, entrenadores y atletas de referencia, cuyos beneficios por lo demás han ido a parar (presuntamente, faltaría más) a acreditados paraísos fiscales. Las investigaciones policiales fueron dinamitadas desde la política y los medios de comunicación, y hoy Marta Domínguez es senadora del Partido Popular y se apresta, dice, a participar en los Juegos Olímpicos de Londres de este verano. Por el camino eso sí, desapareció Jaime Lissavetsky, el zar político del deporte español durante años, quien abandonó su cargo discretamente en plena tormenta, sin que nadie se haya atrevido a pedirle responsabilidades de ninguna clase por una gestión desde la cumbre del deporte español más presuntamente ciega que la del Banco de España en relación a los trapicheos de bancos y cajas de ahorros.

Ahora resulta que un programa humorístico francés acaba de hurgar en la herida, cuestionando por la vía de la sátira los éxitos de renombrados deportistas profesionales españoles. La reacción conducida por la llamada "prensa deportiva" se ha visto ultrapasada por la considerada "prensa seria", que no ha andado lejos de pedir la declaración de guerra al archienemigo gabacho, ése que envidia nuestros éxitos, nuestro sol y nuestras mujeres, por poner solo unos ejemplos tradicionales en esta clase de argumentaciones o mejor,  de eructos mediáticos. Los políticos se han apuntado cómo no al bombardeo, y el Gobierno español ha hecho el ridículo mundial protestando por vía diplomática ante el Gobierno de Francia. Peor todavía, uno de estos ministros franquistas postmodernos que padecemos ha tenido las gónadas de decir en público que "la libertad de expresión ha de tener un límite". Naturalmente un fascista como él ignora que la libertad de expresión para ser tal no puede tener límites porque de tenerlos deja de ser libertad de expresión, y que en todo caso cuando alguien piense que existe un comportamiento delictivo lo que debe hacer es recurrir a los tribunales en vez de manifestarse como un ministro de Propaganda de Franco. Claro que en los tribunales franceses se imparte justicia en vez de escarnecerla como ocurre en España (véase el caso Garzón), así que pocas posibilidades hay por ahí de que prospere el intento de cerrar bocas molestas allende nuestras fronteras.

Y es que al cabo, hay mucha gente viviendo espléndidamente de los éxitos "fake" o reales del deporte español. Los primeros, los deportistas, que cobran desmesurados salarios, dietas, primas...; luego los clubs, que amasan fortunas a través de la publicidad, patrocinios, derechos de transmisión etc, por hablar solo de actividades legales, que ya conocen ustedes el peso del ladrillo en las directivas de la mayoría de grandes entidades deportivas españolas, al menos en el fútbol profesional; naturalmente está "la prensa", que vive estupendamente de la  idiotización colectiva de un país entero, que con la que está cayendo en el orden económico y social vive sin embargo literalmente pendiente de la talla de los calzoncillos de sus héroes. Y evidentemente están los políticos, que no pierden ocasión de excitar los bajos instintos agrupados en eso que llamamos patriotismo, esa droga dura que desde hace unas décadas se nos regala asociada a los éxitos deportivos de nuestros campeones. Ahora todos esos paniaguados y beneficiados gritan a coro su indignación porque en Europa cada vez hay más voces que señalan con el dedo el engaño.

Como siempre, cabe el españolísimo recurso al "¡Y tú más!". Pero ¿no habíamos quedado en que nosotros los españoles, somos lo más grande y limpio que puede haber en el mundo entero y que por eso nos envidian?.

En la foto que ilustra el post, la atleta Marta Domínguez celebra uno de sus éxitos antes de ser detenida en el marco de la Operación Galgo.

sábado, 11 de febrero de 2012

La Contrarreforma laboral en marcha: el gobierno español declara la guerra a los trabajadores


La Contrarreforma laboral que aprobó ayer el Gobierno que presuntamente preside Mariano Rajoy (PP), constituye la agresión leguleya más salvaje contra los derechos de los trabajadores habida en este país desde principios del siglo XX, cuando la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional contrataba pistoleros para asesinar sindicalistas con la bendición del entonces gobernador civil de Barcelona, Martínez Anido, creador de la Ley de Fugas. Ningún gobierno desde entonces, ni siquiera durante la dictadura del general Franco, se había atrevido a atacar de ese modo por la vía legislativa las conquistas sociales de los trabajadores para retrotraer las relaciones laborales entre empleadores y asalariados 150 años atrás, a los inicios del movimiento obrero y las luchas por cambiar las aberrantes condiciones de trabajo y vida que el capitalismo fundacional imponía al proletariado del siglo XIX.

Algunos puntos claves de este atentado criminal (lo reitero: criminal) contra los derechos elementales, las conquistas sociales y en suma contra la dignidad de los trabajadores y asalariados en general, son entre otros:

 - Se primará el "convenio de empresa" contra el convenio de ámbito de sector o de país, de manera que en la práctica cada empresario podrá imponer a los trabajadores de su empresa el salario y las condicionales laborales que le plazcan. 

- Los convenios no renovados "por una de las partes" solo se prorrogarán dos años.

 - Se abre la puerta a que los asalariados tengan que trabajar un número de horas gratis en beneficio de la empresa (al parecer, inicialmente un 5% del cómputo total de horas trabajadas).

- Rebaja general de salarios en todas las empresas, a capricho de sus propietarios.

- Rebaja concreta de los salarios de los empleados que sean "menos productivos" a juicio de la empresa.

- Los despidos de trabajadores podrán realizarse a criterio del empresario antes incluso de presentar un expediente de regulación de empleo y de que éste haya sido aprobado.

- El absentismo laboral será causa de despido, quedando a criterio del empresario determinar en qué consiste  ese absentismo y cual es su el límite.

-Las pérdidas o disminución de ventas de una empresa durante tres meses seguidos serán excusa suficiente para poder despedir a los trabajadores que se quiera echar.

- Las indemnizaciones por "despido procedente" tendrán una indemnización para el trabajador de 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades.

- Las indemnizaciones por "despido improcedente" tendrán una indemnización para el trabajador de 33 días por año trabajado y un máximo de 24 mensualidades.

-Los trabajadores parados que cobren subsidio de paro se verán obligados a trabajar gratis para las Administraciones, ocupando puestos de trabajo en servicios asistenciales públicos (de los que previamente se habrá despedido a los "costosos" profesionales que ahora los ocupan).

- Se "abre la posibilidad" de que los organismos y entidades que forman parte del sector público invoquen causas económicas, técnicas, organizativas y de producción para recurrir a un expediente de regulación de empleo.

Como ven, toda una declaración de guerra. De guerra de clases, naturalmente. Van a por nosotros, a por todos y cada uno de los asalariados que todavía quedamos en España incluidos los imbéciles que el 20 de noviembre pasado votaron a estos gánsters políticos, que pretenden reconvertir a los trabajadores españoles en mano de obra semiesclava para sus amos capitalistas.

Los sindicatos han convocado movilizaciones de protesta para el 19 de febrero; ya es hora de que despierten de su letargo de años. Hay que empezar a moverse antes de que sea demasiado tarde.

En la imagen que ilustra el post, violencia policial contra manifestantes contrarios a la Contrarreforma laboral del gobierno neofranquista español.

jueves, 9 de febrero de 2012

El Tribunal Supremo absuelve la corrupción del Partido Popular




La condena a 11 años de inhabilitación que el Supremo ha decidido imponer a Baltasar Garzón significa en la práctica el fin de la carrera judicial de este juez. En realidad, tal sentencia entraña mucho más que el apartamiento de un juez incómodo: representa probablemente el mayor escarnio inferido a la justicia en España desde que dejaron de existir los tribunales del régimen fascista del general Franco.

La condena a Garzón es de facto la absolución de la trama Gürtel, y por ende del modo en el que destacados dirigentes del Partido Popular español han venido saqueando los fondos públicos para lucrarse personalmente y en paralelo financiar su partido. En realidad el objetivo de este proceso mediático-judicial no era otro que lograr la invalidación de las escuchas ordenadas por Garzón a fin de probar la íntima conexión en el delito entre los delincuentes encarcelados de modo preventivo y sus abogados, que según el juez instructor eran instrumentos de aquellos en el blanqueo de dinero y fuga de capitales allegados mediante el funcionamiento de la trama corrupta.  En resumidas cuentas, el Supremo acaba de legitimar a cualquier mindundi para pedir que se eliminen las pruebas grabadas que le acusen, algo que de hecho ya ha sucedido en el juicio a Francisco Camps por el asunto de los trajes regalados por la trama Gürtel a destacados dirigentes valencianos del PP.

Yendo todavía más allá, a partir de hoy por ejemplo cualquier abogado al servicio de los presos de ETA que haya sido detenido por conspirar con su cliente para transmitirle órdenes de sus superiores terroristas o recabar su opinión sobre cualquier materia, incluida la realización de atentados, secuestros y extorsiones, está legitimado para solicitar la paralización de acciones contra su cliente y contra él mismo, en aplicación estricta de la doctrina presuntamente garantista comentada.

En síntesis, esta sentencia viene a decir al conjunto de la ciudadanía española que la corrupción no se toca, siempre que sea practicada por las personas adecuadas. Y claro, la condena de Garzón es una absolución con todos los pronunciamientos favorables para el principal partido español beneficiario de ella, el PP, y condiciona el desarrollo de las decenas de causas abiertas contra elementos significados de la derecha política española. El Supremo acaba de remachar un clavo de gruesas dimensiones en el ataúd de la democracia parlamentaria, y de dinamitar la poca credibilidad que le quedaba al aparato judicial español.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Del 23 F a Urdangarín: la Monarquía española contra las cuerdas




El lunes publicó EL PAIS dos breves agrupados en una columna cuya lectura consecutiva le debió cortar la digestión del desayuno a más de uno y de dos, sobre todo en esos medios que se suelen llamar las "élites políticas".

Resulta que el rey de España expresó "comprensión, si es que no incluso simpatía", por los golpistas del 23-F de 1981. Lo dice quien entonces era embajador de Alemania en la capital del Reino. Según este diplomático, de nombre Lothar Lahn, Juan Carlos de Borbón tuvo palabras "casi de disculpa" para los golpistas durante una reunión privada entre ambos celebrada en el palacio de la Zarzuela apenas dos semanas después del intento de golpe de Estado (militar, por supuesto). Ríanse pues de las revelaciones de Wikileaks, ante el calado y la gravedad de las que ha hecho públicas el embajador alemán.

Durante esa reunión privada el rey Juan Carlos le explicó al diplomático Lahn que los militares rebeldes "solo querían lo mismo a lo que todos aspiramos: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la calma". Estas demoledoras palabras se contienen en el despacho 524 enviado por el embajador alemán a Bonn,  y si el tiempo y la autoridad no lo impiden se publicarán íntegras en el semanario Der Spiegel en unos días. 

Sin pausa para respirar tras la impresión recibida,  al leer el segundo breve nos enteramos de que un "magistrado del Tribunal Supremo pide que se cite a declarar a la infanta Cristina". Al parecer,  no todos los jueces del Supremo se maman el dedo o intentan hacernos creer que lo hacen.

Este juez, llamado José Ramón Soriano, declaró el domingo que "si hay que meter a Iñaki Urdangarin en la cárcel, pues se le mete". Asimismo se mostró partidario de que se cite a declarar a la infanta Cristina por los asuntos de corrupción en los que andaba su marido, señalando de paso que "los casos Gürtel, Brugal, Matas o Urdangarin son "escandalosos". Soriano no se paró ahí en sus declaraciones, realizadas al periódico "La Nueva España". Recordó que el rey "dijo en su discurso de Navidad que la Justicia es igual para todos", y que por tanto la citación judicial de Cristina no puede soslayarse. "Si yo fuera el responsable de esa instrucción, claro que lo haría. Si formaba parte de unas sociedades, algo sabe", remachó el juez Soriano. Y acababa su señoría con este bombazo: "parece que la mayor responsabilidad es de su marido, pero él arrastró a la compañera, que parece que no es una persona tonta. Citarla contribuiría a que el ciudadano creyera en la Justicia", alegó Soriano.

Se diría que en el circo de la Zarzuela los enanos están creciendo a una velocidad de vértigo. Y es que la Monarquía española, tan sencilla y campechana ella según los masajistas mediáticos de guardia, empieza a desprender un intenso olor a podrido, de cadáver en descomposición.

En la imagen que ilustra el post, la familia real española al completo, en una fotografía oficial que evoca inevitablemente el cuadro de Goya "la familia de Carlos IV".

martes, 7 de febrero de 2012

Antoni Tàpies, creación y compromiso




La muerte de Antoni Tàpies representa la desaparición de quien era acaso el último referente vivo de la poderosa corriente mediterránea que impregnó las artes plásticas universales en la segunda mitad del siglo XX, y que por evidentes razones biológicas se ha ido extinguiendo en los últimos años.

Tàpies era con todo, un creador inclasificable. Practicaba una abstracción pictórica que buscaba según sus palabras convertir el cuadro de "ventana" a "objeto". Para ello reciclaba materiales de desecho, al modo de los collages de Braque y otros artistas de la década de los años veinte pero actualizado en  la línea del "arte povero" italiano, país por cuya cultura el pintor catalán sentía gran admiración. Del trabajo de Tàpies se ha llegado a decir que mezcla escultura y pintura sin saber dónde comienza una y acaba la otra. También, que su pintura recuerda poderosamente a las fotografías que pueden tomarse durante una autopsia.

Personalmente la pintura de Antoni Tàpies me interesa muy poco y siempre he valorado mucho más su compromiso cívico a la antigua usanza, de intelectual que sabe que la sociedad entera le mira y espera sus gestos, y es capaz de llevar esa cruz con responsabilidad y dignidad.

Y es que más allá de su labor como creador artístico, Antoni Tàpies fue durante los años sesenta y setenta un referente de compromiso político antifranquista para la parte de la burguesía catalana que no colaboró con el régimen. Al contrario que la mayoría de nacionalistas catalanes contemporáneos de cierta edad, Tàpies no solo no se lucró con el régimen fascista español sino que lo combatió frontalmente. Militó en el mítico PSUC de la época al igual que una generación de artistas e intelectuales que tenían de comunistas lo que Franco de demócrata, pero que aportaron a la política de resistencia su compromiso y cobertura: a menudo, ellos eran la voz de quienes de haberla usado, habrían sido inmediatamente aplastados por los aparatos represivos del régimen. Porque naturalmente, Tàpies y sus colegas eran intocables, y tenían acceso a los medios internacionales y a foros impensables para los militantes obreros o pequeño burgueses.

 Ya en democracia y tras la quiebra del PSUC y en general del espacio y el proyecto de una izquierda burguesa y nacionalista catalana,  Tàpies se distanció de la política y siguió trabajando en silencio. Las instituciones se volcaron con él, permitiéndole cosas que a otros se les hubiera negado: por ejemplo, que instalara una auténtica afrenta al paisaje urbano de la ciudad en forma de gigantesca alambrada de espino coronando la azotea de la Fundació Tàpies, en pleno e hiperprotegido Eixample barcelonés.

Nunca tuve ocasión de tratarle personalmente, pero si tengo una anécdota curiosa relacionada de modo indirecto con él. Sucedió hace ya bastantes años, cuando asistí en Barcelona a una fiesta cuyo objetivo era la presentación de una plataforma de izquierdas. Con el número del ticket que comprabas para entrar en el acto se participaba en el sorteo de un cuadro original que Antoni Tàpies había regalado como colaboración con la iniciativa. Una vez finalizadas las intervenciones de varios oradores politicos se dio paso al sorteo, que se realizó mediante un bombo pequeño como los que se usan en el bingo y juegos similares. El encargado de leer las bolas que iban saliendo del bombo era cierto payaso (en el sentido profesional del término) bastante conocido en Catalunya, que aquella noche estaba borracho perdido; el tipo iba cantando las bolas con voz progresivamente insegura y grandes dificultades para mantener la verticalidad. El caso es que a medida que iba diciendo los números yo veía que estos coincidían uno tras otro con los de mi papeleta, y la cabeza empezaba a darme vueltas: tenía al alcance de la mano un Tàpies. Finalmente el payaso se dispuso a leer la bola de las unidades, y ahí el tipo se hizo un lío monumental: giraba la bola de arriba a abajo, la miraba de lado, cerraba un ojo... finalmente dijo un número: el nueve. Yo tenía el seis. Una vez hecho público el número premiado y aparecido el presunto ganador, la "mano inocente" pasó la bola a la persona de la organización que supervisaba el sorteo, y recibió de inmediato una bronca entre dientes de éste. Y es que, estoy convencido, el pedazo de imbécil había confundido el nueve con el seis. No reclamé, no hubiera servido de nada una vez que se había hecho público el ganador. Pero siempre que aparece por televisión el payaso de marras, lo que en Catalunya sucede con cierta frecuencia, me viene a la memoria  aquella noche y el modo en que perdí un Tàpies auténtico. 

En la fotografía que ilustra el post, Antoni Tàpies junto a una de sus obras.

lunes, 6 de febrero de 2012

AVENTURA EN LA TIERRA 2.0 les da la más cordial bienvenida


Alcanzados los 999 posts de la segunda época de AVENTURA EN LA TIERRA, me complace darles la bienvenida al blog AVENTURA EN LA TIERRA 2.0, la nueva etapa de este proyecto.

Verán que he hecho algunos cambios en el diseño y las sugerencias que se ofrecen, con objeto de que el sitio resulte más agradable, sencillo y útil. El contenido de AVENTURA EN LA TIERRA 2.0 sin embargo va a seguir como hasta hoy, por eso no se preocupen: si la trinchera se recompone y acicala un poco, es para lograr mayor eficacia en los cañonazos que se van a seguir disparando desde aquí.