La colaboración entre las mafias y el Estado comienza a ser tan
estrecha que no sabe uno dónde terminan aquéllas y comienza éste. Llega
el crimen organizado y le dice al Estado: “Quítame de encima a este juez
que no hace más que tocarme los cojones”. Y el Estado va y se lo quita,
hoy por ti, mañana por mí. A la semana siguiente vuelve la mafia y
dice: “Fulmina a esta cúpula policial, que ha tenido los huevos de
investigarme”. Y el Estado liquida a la cúpula policial para que la
bofia tome nota de lo que se puede y de lo que no se puede perseguir. A
veces es el mismísimo Al Capone el que telefonea a su homólogo en el
Gobierno para exigirle que destituya a un grupo de inspectores de
Hacienda que ha osado meter las narices en sus negocios. “Ningún
problema”, le responde el homólogo estatal mientras firma el cese de los
presuntos implicados.
Pero no han transcurrido ni cien días de todo lo anterior, cuando el
jefe de mantenimiento de la mafia se da cuenta de que tiene los sótanos
repletos de billetes de 500 euros, con los consiguientes gastos de
almacenaje. “Oye”, le dice a su contacto en el Gobierno, “necesitaría
blanquear unos 25.000 millones porque se me sale la pasta por las
costuras”. “Me viene de perlas”, le responde el contacto gubernamental,
“estáis indultados de antemano a cambio de una comisión del 10%”. Y ahí
tenemos 25.000 millones, procedentes de la trata de blancas o del
tráfico de armas, entrando en el torrente sanguíneo del cuerpo social
con todas las bendiciones de los ministerios de Economía y Hacienda.
Claro que como necesitamos aparentar que somos gente de orden,
endurecemos al mismo tiempo el código penal para los delitos menores,
prohibimos el aborto y penalizamos la píldora del día después. Creíamos
que solo nos daba órdenes el Tercer Reich, pero la Cosa Nostra aprieta también lo suyo.
En la fotografía que ilustra el post, tomada del diario PÚBLICO, aparece Mariano Rajoy, entonces jefe de la oposición, a bordo del barco Moropa, propiedad de un clan de narcotraficantes gallegos cuyo jefe es considerado por la policía como el "traficante más importante a nivel nacional", después de "un acto de campaña electoral" celebrado el 19 de mayo de 2009.
En la fotografía que ilustra el post, tomada del diario PÚBLICO, aparece Mariano Rajoy, entonces jefe de la oposición, a bordo del barco Moropa, propiedad de un clan de narcotraficantes gallegos cuyo jefe es considerado por la policía como el "traficante más importante a nivel nacional", después de "un acto de campaña electoral" celebrado el 19 de mayo de 2009.
¡¡¡¡MAGNIFICO Y EXACTO!!!!!
ResponderEliminarMarian