Si hay alguien en la política española de los últimos 30 años que encarna como nadie al político trepador, venal, trapacero y sin escrúpulos, más arrogante que un Tercio de Flandes, descarado hasta el sofoco ajeno y con la cara más dura que el cemento armado, esa es doña Esperanza Aguirre, la fulminante (y fulminada, al parecer) dimisionaria presidenta de la Comunidad Autónoma madrileña.
Nadie más sinvergüenza en la política española actual que Esperanza Aguirre. Nadie como ella es capaz de mentir, engañar, difamar, calumniar y vilipendiar, todo con una sonrisa perdonavidas en la boca. Nadie como ella representa la chulería del señoritismo de extrema derecha bañado en tintes barriobajeros.
Su carrera no tiene desperdicio. Sin ánimo exhaustivo ni ganas de remontarnos muy lejos, he aquí algunos hitos señeros que la jalonan:
Su carrera no tiene desperdicio. Sin ánimo exhaustivo ni ganas de remontarnos muy lejos, he aquí algunos hitos señeros que la jalonan:
- El robo de la presidencia de la Comunidad madrileña, perpetrado por un grupo de empresarios del "ladrillo"a su servicio que sobornaron a dos diputados socialistas para lograr que Aguirre tuviera los votos suficientes para ser elegida por primera vez por el Parlamento regional.
- El caso Gürtel en su rama madrileña, que cuenta con decenas de cargos públicos y orgánicos del Partido Popular (PP) estrictamente obedientes a Aguirre implicados en la mayor trama de corrupción que ha existido jamás en esa Comunidad.
- La vigilancia y acoso a dirigentes y cargos públicos de su propio partido, del Ayuntamiento madrileño e incluso de su propio Gobierno regional (y por tanto nombrados por ella), mediante una Gestapilla formada por ex guardia civiles a sueldo de su consejería de Interior y manejada por hombres de su absoluta confianza.
- El saqueo de Caja Madrid, perpetrado al alimón y en competencia con Alberto Ruiz Gallardón. Con sus fondos, cada de ellos financió durante años sus respectivas y enfrentadas carreras políticas, invirtiendo recursos fabulosos de esa caja en obras faraónicas y créditos a las estructuras partidarias controladas por la una y el otro, en una carrera demencial e irresponsable que está en la base misma de la agonía al parecer irrecuperable de la segunda caja de ahorros española.
- La conspiración para derribar a Mariano Rajoy, con el apoyo de la derecha más extrema del PP (Mayor Oreja y sus secuaces), los medios escritos y audiovisuales ultrareaccionarios (la llamada Brunete Mediática), los creadores de opinión fascista (Jiménez Losantos, Pedro José Ramírez...), y las organizaciones de agitación y propaganda de la extrema derecha como la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la Conferencia Episcopal Española y otras por el estilo.
Ha sido precisamente la campaña para liquidar políticamente a Rajoy y hacerse ella con la presidencia del Gobierno español -aprovechando el descrédito interior y exterior del actual presidente-, la que a la postre le ha costado a Esperanza Aguirre la carrera política. Porque Aguirre no se va: la han echado. Detrás de su renuncia se esconde probablemente un chantaje político, y quién sabe qué más. Recuerden que en el mundo en el que se mueve esa gente los dossieres, las cintas grabadas y otros medios de presión son moneda corriente desde al menos los primeros años noventa. Los han usado en repetidas ocasiones contra sus adversarios, y desde luego también entre sí.
Ocurre que los poderes que están marcando el camino a los Gobiernos de países como España no van a permitir lujos tan disparatados como el que representaría que una tipa vocinglera, chula y sin seso alcanzara la presidencia del Gobierno español, y con su rancio populismo de extrema derecha vestida por modistos de renombre actual pusiera en peligro lo que tanto trabajo está costando hilar: el rescate español y la entrada, en definitiva, del país por la senda económica definida por esos poderes para muchos años; bastantes problemas tienen ya con la calle que comienza a sublevárseles, aquí y todas partes.
Y es que Esperanza Aguirre y el fascismo fashion español no dejan de ser unos offsiders en esta película: cuando haya que echar a Rajoy, que probablemente será pronto, serán ellos, los señores de las finanzas quienes le buscarán sucesor y no el director de un panfleto facha en forma de periódico o un ex ministro de la policía que cree que no existen las hemerotecas.
Y es que Esperanza Aguirre y el fascismo fashion español no dejan de ser unos offsiders en esta película: cuando haya que echar a Rajoy, que probablemente será pronto, serán ellos, los señores de las finanzas quienes le buscarán sucesor y no el director de un panfleto facha en forma de periódico o un ex ministro de la policía que cree que no existen las hemerotecas.
Mientras tanto, Esperanza Aguirre ha sido fusilada al amanecer. No será la única de su cuerda en caer.
En la fotografía que ilustra el post, Esperanza Aguirre aparece disfrazada de trabajadora de obras públicas en un cartel electoral del PP.
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