martes, 25 de septiembre de 2012

Al Congreso de los Diputados, en defensa de la democracia




En los últimos días se ha creado de modo interesado cierta confusión en torno a la concentración de hoy en torno al Congreso de los Diputados. La extrema derecha no parlamentaria -que tantas veces actúa como muleta en la que se apoya la extrema derecha parlamentaria que nos gobierna-, ha alentado desde sus medios y sobre todo desde Internet una respuesta violenta contra los que se concentrarán ante la sede de la soberanía popular. Se jalea un golpe de Estado -militar, por supuesto- y se señalan haciendo como que no quienes podrían/deberían encabezarlo, con la excusa de que el órgano de representación popular por antonomasia en España estará supuestamente sitiado por los peligrosos revolucionarios antisistema del 15-M.

La extrema derecha parlamentaria ya ha hecho patente su voluntar de intentar sabotear el ejercio de un derecho constitucional, cual es el derecho de reunión y manifestación. Mil quinientos polícias rodearán esta tarde el Congreso, en una demostración de fuerza (bruta) organizada por la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Al tiempo, sus voceros políticos habituales se han lanzado en picado sobre la protesta descalificándola con los peores epítetos. La corrupta e insidiosa Dolores Cospedal -sí: corrupta e insidiosa- se ha atrevido a equiparar la concentración de hoy con el golpe de Estado militar fascista del 23-F; no ha llegado a decir que tras la convocatoria están Rubalcaba y el PSOE, pero ese es trabajo reservado a los medios de la perrera mediática.

Se les ve nerviosos, pues. La gente protestando en la calle les da miedo, obviamente. Y tienen razón para temerla, para temernos. En Portugal, el Gobierno neoliberal ha tenido que envainársela ante las protestas masivas, y retirar su intención de aumentar siete puntos las retenciones sobre las nóminas de los asalariados. Se habla incluso de que van a "liberar" total o parcialmente alguna de las pagas extras retenidas a los trabajadores. Semejante rectificación es fruto de quince días de intensas movilizaciones que probablemente van a continuar, ahora con el objetivo de derrocar al Gobierno portugués.

Aquí estamos comenzando a recorrer esa senda. Es importante que la gente de la calle retenga que actos como el de hoy en Madrid no pretenden atacar la democracia sino salvarla precisamente de quienes quieren destruirla, que son los que hoy nos gobiernan en Madrid o en Barcelona. Estén atentos eso sí, a los provocadores, a los "incontrolados" a sueldo de las cloacas del Estado.

Quienes van a rodear el Congreso solo piden democracia real, ninguna revolución ni violenta ni pacífica. Los verdaderos antisistema en esta historia son la delegada del Gobierno en Madrid y Dolores de Cospedal, por ejemplificar en estas dos elementas a la tribu de mangantes de la que forman parte.

  

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