jueves, 22 de noviembre de 2012

El Papa contra la Navidad




Dice el Papa de Roma que la estrella de Navidad era una supernova y que en el portal de Belén no había buey ni mula. Acabáramos. Cualquier día de estos los príncipes de Asturias nos informarán de que los Reyes son los padres.

Tamaños descubrimientos papales vienen en un libro sobre la infancia de Jesús que Joseph Ratzinger, alias Papa Benedicto XVI, acaba de publicar. Presunta infancia del presunto Jesús, obviamente, Ya hace algunos años que el Papa anterior, el polaco Wojtyla, se descolgó conque el Purgatorio no existía. Una faena para todos los que según sus antecesores  llevan siglos yendo a él, ya ven. Años antes el escritor católico Giovanni Papini aseveraba que el Infierno como existir, existía, pero estaba vacío; o sea que es un derroche material al estilo de los edificios que componen la Ciudad de la Cultura gallega que inventó Manuel Fraga, y que siguen vacíos y sin uso dos décadas después.

Cualquier día de estos el Papa saldrá al balcón del Vaticano y les dirá a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro: "Tengo una noticia que darles, amigos. Dios no existe". Si lo sabrá él, que dice tener hilo directo con la divinidad.

Todo esto del catolicismo causa ya cansancio, y empieza a dar motivos para ser tomado a cachondeo. En realidad y bien mirado todas las religiones son una broma gigantesca, variantes de la misma tontería original. Hay un cuento de Alejo Carpentier -"Semejante a lo noche", me parece que se titula; cito de memoria-,  cuyo recuerdo aún me sigue haciendo reír después de tantos años de leerlo por primera vez y que les recomiendo vivamente. En el arranque del cuento el arca de Noé, que va flotando a oscuras en pleno diluvio, choca con un obstáculo inopinado que encuentra en su navegación y que no es otro que el arca del héroe sumerio Gilgamesh, al que su Dios anunció el diluvio y encargó construir una nave que debía llenar con parejas de animales etc. Mientras ambos héroes discuten sobre quién habló verdaderamente con Dios llega un tercer arca y choca con las suyas, y luego una cuarta y una quinta.... Al final hay un girigay de arcas, una por cada religión conocida, y un pandemónium de Noés insultándose y reclamando exclusividad en la relación con la divinidad, y sobre todo el derecho de paso preferencial para su arca.

Las religiones, ya digo.

El personaje que aparece en la fotografía que ilustra el post no es un Santa Claus maligno sino el Papa católico, Joseph Ratzinger.

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