Ahora resulta que Luis Bárcenas estuvo contratado por el PP hasta el 31 de enero de 2013. ¿Recuerdan los desmentidos airados de que existiera relación entre este señor y su partido de toda la vida, aquél cuyas cuentas gestionó durante 20 años como tesorero y como gerente? Pues mientras Cospedal, Floriano, Rajoy y el súrsum corda desmentían ante micrófonos y cámaras, Bárcenas se meaba de risa en su despacho de Génova, 13, la sede del PP, repasando los listados de sobre-cogedores.
El caso es que según la prensa de hoy, días antes de que su relación laboral con el PP fuera finiquitada y seguramente viéndolas venir, Bárcenas se fue a un ilustre notario del Colegio de Madrid y dejó allí un buen puñado de documentos que certifican quién "donó" dinero para el PP -ya saben, esos rumbosos empresarios y financieros que aflojaban la pasta gansa para que la máquina, bien engrasada, siguiera facilitándoles la vida y los contratos-, y quiénes del partido recibieron los sobres que él se encargaba de distribuir, según la contabilidad B del PP publicada por El País hace unos días. Ocurre que según dicen quienes saben de esto, lo que le entregó Bárcenas al notario multiplica de modo exponencial lo publicado hasta ahora por el diario madrileño en cuanto a cantidades percibidas y sobre-cogedores beneficiados. Todo ese material afloraría inmediatamente en el momento en el que el ex-tesorero del PP entrara en la cárcel (o tuviera un accidente, pienso yo), según instrucciones del caballero al notario.
Total, que Bárcenas tienen a los sobre-cogedores del PP agarrados por los cataplines. Así no es de extrañar que pronto, a retorcerle a alguien los testículos, un suponer, se le llame "hacerle un Bárcenas". Como será la cosa que en la última jornada del debate del estado de la ¿Nación? (de cúala), don Mariano Rajoy lanzó desde la tribuna del Congreso que la economía española se está recuperando de tal modo que pronto volverían los "inversobres" (sic). Se conoce que nuestro hombre es incapaz de distiguir entre corruptores e inversionistas; bien mirado, seguramente habría que darle la razón en esto.
Mientras se prepara el siguiente sobresalto para el corazoncito de nuestro presidente del Gobierno -que seguramente debe tenerlo, si es que en realidad no es el muñeco de trapo y serrín con frases pregrabadas que aparenta ser cada vez que sale por la tele, cosa que tampoco hay que descartar por completo-, la prensa europea sigue dando leña a las ¿políticas? económicas de un gobierno que ya no es neoliberal sino directamente familiar: ya saben, la "famiglia" que roba unida, etcétera.
La camisa no les llega al cuerpo, a los sobre-cogedores. ¿Saben? A mí me gustaría que Luis Bárcenas se hiciera centenario, para que siguiera largando lo que sabe, pero me temo que el ex-tesorero del PP no se hará muy viejo. Al tiempo.
En la fotografía que ilustra el post, un gesto del todavía presidente español Mariano Rajoy en su escaño del Congreso de los Diputados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios dejados en este blog están sujetos a moderación.