jueves, 28 de junio de 2012

El Pacto Fiscal como estafa a los trabajadores catalanes


Según cuenta la edición catalana de El País, ayer la Federación de Barcelona del PSC instó a la dirección de este partido a dejarse de colaboracionismos con el gobierno neoliberal y reaccionario (y ustedes perdonen la redundancia) que encabeza el señor Artur Mas, y a empezar a reivindicar que se generen "nuevos recursos con impuestos a las grandes fortunas, a las sucesiones o a las transacciones financieras, créditos directos a las pequeñas y medianas empresas, y fomento de la nueva economía".

Desde el punto de vista económico esa es una posición acertada, al menos si uno pretende reivindicarse como persona de izquierdas que da alternativas desde un partido de izquierdas. Ciertamente se trata además de una obviedad, ya que si quienes más tienen no pagan impuestos y estos repercuten exclusivamente sobre las espaldas del cada día más reducido -por causa del paro galopante- ejército de los trabajadores, a medio plazo la quiebra de todo el sistema que llamamos Estado del Bienestar será un  hecho ineluctable.

Ocurre sin embargo que la derecha nacionalista catalana ha conseguido enredar a todo el mundo en Catalunya, también al PP local, con su reivindicación del Pacto Fiscal. En realidad no hay contradicción alguna en que la derecha españolista en Catalunya defienda ese enjuague, dado que su interés primordial es defender los intereses de la fracción de las clases dominantes de este país a la que representa, y ello aunque sea en oposición a los dictados del PP español si fuere necesario, que en este caso lo es. Ya se sabe que las derechas existen para defender intereses, y está meridianamente claro donde residen los de todos los sectores de la burguesía catalana: en continuar ostentando sus privilegios finiseculares, entre ellos el de no pagar impuestos y seguir evadiendo capitales. 

Políticamente además, el Pacto Fiscal representa la supeditación de todas las fuerzas políticas catalanas al dictado de CiU. La presentación "en Madrid" de un frente único encabezado por los nacionalistas de derechas es políticamente suicida para el resto de partidos catalanes. Sin embargo, ERC, ICV y PSC corren como galgos tras el señuelo, convencidos de que esa es la voluntad de la mayoría de los catalanes. Es posible que así sea, lo cual solo demostraría el elevado grado de alienación respecto a sus intereses auténticos en que viven los trabajadores y las clases populares catalanas. Una encuesta que acaba de sacar la Generalitat de Catalunya asegura que el 75% de los catalanes es partidario del famoso Pacto Fiscal, y un 51%, de la independencia y la construcción de un Estado propio. El vuelco se habría producido en apenas cuatro meses, lo que da idea de por dónde van los tiros: los catalanes, como cualquier hijo de vecino, están hasta las narices de eso que llaman crisis económica global y que como recuerda el movimiento 15-M, no es sino el fraude más monumental que ha vivido la Humanidad en toda su historia.

Un detalle no carente de significado es que la mayoría de la gente confunde el Pacto Fiscal con el Concierto Económico, ese que rechazó el presidente Pujol en su día porque le obligaba a recaudar impuestos, algo mal visto políticamente en este país. Al contrario que los nacionalistas vascos, nacionalistas catalanes y catalanistas de izquierdas siempre han sentido pavor a la idea de gestionar impuestos, seguramente porque para que el invento funcionara habría que tomarse en serio eso de que todos contribuyan en función de las rentas que perciben. Es mucho más fácil pactar con "Madrid" que nos devuelva un porcentaje mayor de los impuestos recaudados por el Estado a los de siempre en Catalunya.

El Pacto Fiscal es un pues una estafa, y no solo política. Aquí no sirve para salvaguardar el Estado del Bienestar -sentenciado por el actual Gobierno catalán-, y fuera consolida la imagen de unos catalanes rapaces que se llevan lo que pueden de las arcas del Estado común. Es detrás de este engaño que los partidos catalanes han formado como un solo tonto útil, siguiendo el paso marcado por los urdidores de la Catalunya del 3% y otras corrupciones económicas y morales.  
   

4 comentarios:

  1. ¿ No será, también para los trabajadores catalanes, una estafa la situació actual ?
    A mi eso de acabar siempre con la misma cantinela de que la independencia parece que solo tenga que ser cosa de la derecha ya empieza a sonarme a monserga. No son pocos los votantes de izquierda que empiezan a cuestionarse muchas cosas. I si ese cuestionamiento viene por la cartera, pues que venga. Que en Catalunya tengamos que pagar algunas cosas doblemente i encima seamos acusados de ladrones y expoliadores ya sea por Rodriguez Ibarra o Monago ( por cierto la izquierda/izquierda con la que gobierna y antes la otra si que pueden ser nacionalistas españoles y arremeter contra Catalunya ). Pues que se vaya sabiendo que aquí empezamos a estar hasta los cojones. Vale la solidaridad, pero...¿ tanta y por tanto tiempo ? . Además, después de tanta solidaridad, seriamente, ¿ ha servido para sacar DEFINITIVAMNETE del ostracismo a otras zonas o para depauperar a las donantes ? Se podrá decir que lo del independentismo, sobre todo en esos momentos y en esos niveles nunca alcanzados antes, es producto de la propia crisi y las dificultades de la població asalariada o directamente subsidiada, puede ser. Pero ahí está, y me temo que está para quedarse.
    Donde está escrito que des de la izquierda no se puede defender la independencia de Catalunya ( siempre me han enseñado que el derecho a la autodeterminación era algo consustancial a la izquierda )
    Pintémoslo como queramos pero des de Josep Ramoneda hasta Joan Majó ( ministro con Felipe Gonzalez ) pasando por catedráticos de economia como Germà Bel ( asesor de ministerio también con Felipe )o Montserrat Nebreda ( exPP ) cada dia son muchas más las personalidades de la vida politica, SINDICAL y empresarial que cada dia ven más necesaria una solució que pase por la independencia, o cuanto menos, por una pacto fiscal ( llamémoslo como queramos ) que permita a Catalunya no dar lo que ella necesita. Algo está pasando pues y no es de broma.
    Abundando en lo sindical, no hace muchos dias la UGT catalana a presentado su propuesta de financiación: " el concierto del siglo XXI para el bienestar y la competitividad " con un modelo que no permita salir de la injusta situación actual.
    Finalment, yo mismo, modestia a parte y sin ser personalidad, soy un ejemplo de lo que está pasando y la metamorfosis que se ha ido experimentando colectivamente. Nunca me imaginaria estar defendiendo el Pacto fiscal, o como se llame, siempre presumia de defender una España federal, pero, donde estan los federalistas de la todavia ( resto de ) España ?.
    No me hicieron la pregunta de la encuesta pero, ante la pregunta de que votaría mañana en un referendum sobre la independencia de Catalunya, hoy, me inclino por el SI.

    ResponderEliminar
  2. El sistema capitalista es todo él una estafa, sí. No olvidemos que se basa en la apropiación por parte del capitalista de los frutos del trabajo ajeno.

    Respecto a la independencia sí o la independencia no, aparte de resultar un debate cansino y ajeno a los problemas reales de esta etapa histórica, en sí mismo no aporta nada a la lucha por la transformación social. ¿Independencia para que CiU/PPC gestionen un Estado nuevo en beneficio de los de siempre? ¿y qué sacamos los trabajadores y las clases populares de eso?.

    Como socialista de izquierdas, me da exactamente igual un Estado español que un Estado catalán: me es indiferente. Bajo uno u otro los problemas serán los musmos, y la lucha debe ser idéntica.

    ResponderEliminar
  3. El comentario, Joaquim, desde el punto de vista de un socialista catalano/español parece correcto y racional. Solo que, para mi, no estaria mal añadir...." eso suponiendo que la situación no se haga más insostenible desde el punto de vista económico ". Todo tiene un límite.
    Y si en una Catalunya independiente se votara a partidos de derecha para que gobernaran ellos ¿pasaría algo?, más allá de no coincidir con la voluntad de uno ?. También pasa ahora, ¿ no ? y bien que lo aguantamos democraticamente !!!
    Estirando del argumento acabaríamos concluyendo que la gente de izquierdas ( como es el caso ) ahora tendríamos que hacernos franceses

    ResponderEliminar
  4. Si la situación se hace insostenible, "Anónimo" ni todas las Copas de Europa ni todas las independencias juntas evitarán que los desposeídos acaben adquiriendo conciencia de clase y tomando lo que es suyo, en Pedralbes o en el barrio de Salamanca.

    Insisto en que me da exactamente igual esa Catalunya independiente, o que el Vallés Occidental se integre en la República de San Marino, o que España recupere las colonias americanas. Los problemas reales son los que son, no los que gusta de crear la burguesía para engañar y/o atontar según casos a las clases trabajadoras y populares.

    Hay una escena en "La ciutat cremada" que siempre recuerdo en este tipo de discusiones. A principios de siglo, no recuerdo de memoria en qué año, se creó la Solidaridad Obrera, pacto entre CNT y UGT. Inmediatamente la burguesía catalana respondió con la Solidaritat Catalana, que abarcaba desde la Lliga de Cambó (futuro financiador de la guerra de Franco) hasta los republicanos nacionalistas catalanes(el germen de la futura ERC). Bueno pues en esa película se reproduce una escena que ocurría a menudo esos días: un empresario reúne a los trabajadores de su fábrica y les endilga un discurso para que voten por la candidatura catalanista, "porque ya no hay patronos y obreros, todos somos catalanes. ¡Lliga, i avant!".

    Y claro, siempre hay tontos que pican.

    ResponderEliminar

Todos los comentarios dejados en este blog están sujetos a moderación.