martes, 6 de agosto de 2013

España es un tango muy triste



1. Campeones en corrupción y podredumbre

Regresa uno al país después de unas cortas vacaciones, y lo encuentra mucho peor de como lo dejó, y mira que era difícil que pudiera empeorar.

Ahí tienen ustedes al corrupto Rajoy negándolo todo aunque le hayan cogido con las manos en la masa –esos impagables mensajes telefónicos suyos de apoyo y ánimo a su “amiguito del alma” y pagador en negro, Luis Bárcenas-; pues no pasa nada, y “fin de la cita”. Rajoy, un payaso que ni siquiera sabe leer correctamente el texto que le escriben. Tuve ocasión por cierto de ver el efecto surtido en varios canales televisivos argentinos y también en gente común, y comprobar como todos se tronchaban de risa ante la torpeza del majadero que preside el (des)Gobierno español.

Otra noticia de portada sobre España, ésta en la televisión oficial chilena, fue esos días el traspaso del jugador de moda en Chile desde el Colo Colo, primer equipo del país al… Mirandés. En España no hay dinero para los dependientes, pero un club de Segunda B arruinado por las deudas puede fichar impunemente al jugador estrella del fútbol chileno.

No es una operación aislada. Unos días antes los medios brasileños reforzaban lo sabido –que el fútbol español es una gigantesca lavadora de dinero negro y evasión de capitales- con otra noticia de similar fuste: según el club Santos de Brasil, de los 57 millones de euros que supuestamente ha percibido por el traspaso del jugador Neymar al FC Barcelona, en realidad entre ellos y una empresa intermediaria solo han percibido 17 millones, ignorando dónde han ido a parar los 40 millones de euros restantes. ¿Lo explicarán el FC Barcelona, La Liga de Fútbol Profesional, el Consejo Superior de Deportes, el Fiscal Anticorrupción, la Agencia Tributaria, el Gobierno español? Seguro que no.

Luego aparece ese asunto indecente a más no poder cual es el indulto concedido en Marruecos a un tipo supuestamente llamado Daniel Galván, de quien El País decía en sus primeras informaciones, que generalmente son las más interesantes por ser las reales, que se trata de un general iraquí que colaboró con los servicios secretos norteamericanos para liquidar desde dentro el régimen de Saddam Hussein. Al tipo se le proporcionó una identidad española, convirtiéndole en profesor de la Universidad de Murcia, lugar donde según el diario madrileño nadie le conoce. Y es que como en otros casos, los EEUU obligan a los servicios secretos vasallos, como el español, a hacerse cargo de agentes a los que dan nueva identidad, repartiendo cargas entre sus presuntos aliados con el mismo descaro con el que hace unos años obligaron a diversos países europeos entre ellos España, a quedarse con presos liberados de Guantánamo.

El caso es que el agente protegido por los servicios norteamericanos y españoles fue condenado en Marruecos a 30 años de cárcel por pederastia, y que apenas cumplidos dos le llegó un real indulto tras la visita del rey de España a Marruecos, estancia durante la cual el monarca español pidió a su homólogo marroquí la libertad del tal Galván, disfrazada la maniobra al incluirle en una lista con otros 40 presos españoles. Los indultos fueron concedidos. Nadie contaba sin embargo, con la reacción de la calle marroquí –probablemente inducida por los islamistas-, así que, en un gesto sin precedentes, el sátrapa de Rabat se ha visto en la necesidad de revocar el indulto concedido. Mientras, el Gobierno español y los medios a su servicio disparaban una catarata de mentiras según su costumbre, con las que intentar disimular su responsabilidad en esta farsa de encubrimiento. Demasiado tarde.

Ahora ya solo falta el análisis del experto antiterrorista de guardia. Por cierto, lleva una temporada bastante callado, el pobre; más le vale.


2. La Guardia Civil vigila

Llego al aeropuerto de El Prat tras un vuelo de 13 horas desde Santiago de Chile más la propina del transfer y puente aéreo Madrid-Barcelona. Después de un día entero de pasar controles de seguridad, ser cacheado a mano y con detector y ver mis pertenencias irradiadas por una colección de escáners, cuando por fin me dirijo a la salida un perspicaz guardia civil deduce mi condición de sospechoso a saber de qué tráficos dado que voy solo, sin afeitar, con la camisa por fuera del pantalón y empujando una maleta-baúl de considerables dimensiones y herméticamente cerrada para más señas (delante de mí han interceptado igualmente a una chica de aspecto aindiado, que viaja sola y que también lleva una maleta grande). A mi lado en cambio pasan centenares de jóvenes suburbiales del centro y norte de Europa, en manadas o en pareja, cocidos en alcohol a esta hora de la mañana (son escasamente las 9h); portan roñosas bolsas de viaje seguramente repletas de pastillas y cocaína con las cuales amenizar sus vacaciones, en este lugar de asueto salvaje para la “white trash” europea en que por decisión oficial se ha convertido España. Nadie les para, ni casi les miran a la cara. Es obvio que a esa gente no se les puede molestar, no sea cosa que se larguen con sus escasos euros a Croacia o a cualquier otro basurero veraniego por el estilo, y se fastidie así la principal y a este paso casi única fuente de ingresos del PIB español.

El guardia civil que me ha parado y que me hace abrir mi maleta habla mucho y rápido, con una cortesía falsa y estudiada. Hace preguntas sin parar, buscando contradicciones; pregunta qué llevo, dónde he estado, cuántas horas dura el vuelo desde Santiago de Chile, si tengo familia allí, si conozco a alguien (pienso después que debí contestarle que qué coño le importa a él si conozco o no a alguien en América o en cualquier otra parte…). Mis respuestas son secas y llevan mala leche, más que nada porque lo que está haciendo este tipo además de molestarme es un paripé inútil que no sirve para nada; lo saben él y sus jefes, por descontado. El verdadero negocio en tráficos ilegales está en otra parte (en los contenedores que llegan a diario al puerto de Barcelona por ejemplo, donde ya se han pringado por cierto bastantes colegas suyos según varios procedimientos judiciales abiertos en los últimos años), y en el menudeo que introducen esos búfalos rubios y coloradotes que pasan cerca de nosotros echándonos ojeadas furtivas, y que luego consumirán hasta no tenerse en pie antes de mear a ríos en nuestras calles cuando salen de las discotecas o lanzarse a la piscina del hotel desde el balcón de su habitación como colofón de eso que llaman vacaciones.

Curiosamente, la inspección finaliza de repente cuando las hábiles manos del guardia civil topan con dos volúmenes de cocina tradicional argentina que me regaló una amiga cordobesa; el policía incluso suelta un “disculpe”, tras indicarme que puedo cerrar la maleta. Se conoce que el hombre debió pensar que un lector de libros, de cocina extranjera para mayor inri, no da el perfil de narcotraficante.

Me marcho perplejo. Ya ven, luego dirán que la cultura no sirve para nada.

En la fotografía que ilustra el post, guardias civiles salen por una ventana del Congreso de los Diputados tras un "brillante servicio" llevado a cabo por la Benemérita institución el 23 de febrero de 1981.

3 comentarios:

  1. Hay sitios “muy sospechosos”, y por supuesto que el aspecto, el solitario, el tono al responder las cuestiones “interrogativas”, pueden dar lugar a pasar de sospechoso a “presunto”, en una escala de valores dictados por el futuro Ministro del Interior, sea el Gobierno del color que sea. No te cuento lo del viaje a Turquía, ya que el más afectado era hijo del Cuerpo de la benemérita. Aunque no pude evitar, el sentir interiormente, algo parecido al que a hierro mata a hierro muere.
    Te adjunto un enlace con un humorista de Cádiz, sobre la Guardia Incivil.
    http://www.youtube.com/watch?v=dhXvEwgym5c
    La Repú

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  2. Bona tarda a tothom:
    No es por añadir eso de " en todas partes cuecen habas", pero a mi me paso algo parecido, en el Aeropuerto de Roma.
    Solo con una maleta y cara de despistado, y con un montón de años menos que ahora.
    Mi primera visita a Italia y es por trabajo.
    Casi lo mismo que describe Joaquim, con la diferencia que acabe en una sala con dos tíos raros que se dedicaron a oler todos los "circuitos Integrados" ( de esos de 12 y 14 patillas, mirad si hace tiempo), hasta que se cansaron, ( Ahora lo que se dice olfato, garantizo que esos "sabuesos" , tenían).
    Al acabar: "Puedes recoger e irte", ni siquiera una explicación o una disculpa.
    Como esta de moda tengo la tentación de decir aquello de " Carabinieri y Guardia Civil la misma ... son"
    Disfrutad/emos de la tarde y de las vacaciones los que las tengais.

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  3. Es lo que yo me digo: si la transición a la española no hubiera desembocado en esta noséquécracia, a los cuerpos de la guardiacivil y de la legión había que haberlos disuelto lo mismo que la gestapo no siguió en Alemania después del 1945.

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