miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hambrientos, parados y hartos de mentiras

 
El Gobierno español anda muy ufano, pues según sus cifras ya "solo" tenemos 4.800.000 parados en el país. Lo curioso es que a primeros de año teníamos oficialmente 6.200.000, y que todos los expertos serios -es decir, extranjeros y algunos, pocos, españoles- coinciden desde hace tiempo en que a finales de año habremos rebasado ampliamente los 7.000.000 de parados.

De parados reales. No de personas en situación de paro registrado, que es la cifra que maneja/manipula el Gobierno español.  Resulta que para Rajoy y compañía los únicos parados son los registrados en el INEM,  en las Oficinas de Desempleo (en las que por cierto, hace unos meses se envió al paro a todos  los orientadores laborales), esas Oficinas que ya está en proyecto privatizar en muchas comunidades autónomas; mejor que las cierren de una vez, total para lo que sirven. En resumidas cuentas el Gobierno no contabiliza los parados de larga duración que ya han renunciado a seguir yendo cada mes a fichar en el INEM o a las personas que se están marchando del país, por ejemplo, o a quienes por las razones más peregrinas y con cualquier excusa se les da de baja de las listas oficiales de parados.

Así pueden permitirse decir que el paro en el mes de agosto se redujo en 31 personas netas (una por día), cuando la cruda realidad es que, según explicaba anoche la Cadena SER, solo en el mes de julio pasado 100.000 personas solicitaron la prestación como nuevos parados, o que en el año 2012 la Seguridad Social perdió 500.000 afiliados.

Es decir, ni siquiera el empleo-basura que se está comenzando a crear -con contratos-basura, salarios-basura, horarios-basura y condiciones laborales-basura-, está sirviendo para compensar la destrucción de empleo en España. Lo que ya llaman "empleo de calidad" (lo normal en un país civilizado, por lo que hemos pagado todos y seguimos cotizando los que todavía tenemos trabajo), es casi un recuerdo del pasado.
 
El último parche gubernamental ante la catástrofe que están creando, es permitir que las grandes superficies vendan productos alimenticios caducados. La excusa es que "Grecia ya lo hace"; magnífico precedente, como verán. No se trata solo de que financiadores en negro del Partido Popular como el amo de esclavos propietario de Mercadona sigan incrementando sus beneficios hasta el delirio; lo que se pretende ahora casi a la desesperada es frenar el fantasma del hambre y del alboroto social en la calle, con asaltos a supermecados incluidos, pues cada día hay más ciudadanos parados o con sueldos-miseria que no pueden comprar alimentos para ellos y sus familias. Lo más repugnante de esta medida es que juega con la salud de las personas, pues no establece limitaciones en cuanto al tipo de productos, tiempo transcurrido etc, permitiendo que empresarios rapaces aumenten sus beneficios poniendo en riesgo la salud de los más necesitados.
 
Esta es la España real, crucificada por un Gobierno corrupto y mentiroso, que todo la basa en el viejo lema de su mentor propagandístico ideológico, Joseph Gobbels: "repetir una mentira mil veces, para convertirla en verdad". Estos son los auténticos "brotes verdes" del Gobierno Rajoy.
 

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