Tras una noche de tonta felicidad por la cosa del fútbol hoy los españoles regresan a la cruda realidad, agravada en las últimas horas por decisiones clasistas, salvajes e implacables. Y es que aprovechando el ruido ensordecedor y monotemático de la euforia vivida este fin de semana, el Gobierno nos ha colado otro de sus paquetes "reformistas" en forma de saqueo de los ya esquilmados bolsillos de los contribuyentes, que por cierto cada día que pasa somos menos.
Primero, se retiran de las farmacias más de cuatrocientos cincuenta medicamentos de amplio uso, un modo drástico de recortar la factura farmacéutica y a la vez de deteriorar la salud de muchos, especialmente de los más mayores. Es cierto que medicamentos tan populares durante años como Almax, Fortasec o Viscofresh no curan el cáncer, pero hasta ahora aliviaban sintomatologías y proporcionaban calidad de vida a muchas personas.
A continuación nos colocan el repago sanitario: los afiliados activos a la Seguridad Social pagaremos hasta el 60% del importe de los medicamentos, y los jubilados el 10%. Eso en un país cuyo salario medio mensual (1200 euros), el que cobra más de la mitad de trabajadores asalariados que todavía conservan el empleo, es inferior al salario mínimo francés (1400) y casi la mitad del salario medio en ese país (2200 euros). La cantidad del repago por elevada que sea es lo de menos, lo insufrible es el concepto: pagar de nuevo al adquirir un medicamento por algo que cada asalariado lleva pagando mensualmente desde que empezó a trabajar. En Catalunya además, el gobierno autónomo ya se preocupó de adelantarse al español colocándonos por su parte el recargo de un euro por receta, quince días antes de que Rajoy y su banda nos clavaran este nuevo hachazo.
Junto al repago sanitario, llega además una lluvia de subidas de productos y servicios básicos: del suministro eléctríco (que ha aumentado su factura el 70% en los últimos seis años), el gas ciudad (de uso generalizado), la bombona de gas butano (casi un euro más, siendo como es un producto usado básicamente por personas mayores y de pocos recursos), y otras menudencias semejantes. Del agua ya se empieza a decir en los medios de comunicación al servicio del Gobierno que es "la más barata de Europa", lo que anuncia próximas subidas y a medio plazo, la privatización que abandera Esperanza Aguirre. Los IVAS reducidos (cultura, turismo, sanidad...) van a pasar pronto a mejor vida, y por lo que respecta al IVA general se anuncia una inminente subida al 18%, que es solo un paso para posteriores incrementos que podrían llegar al 21 o el 23%.
Mientras, se pulverizan los servicios públicos cerrando hospitales, despidiendo a miles de maestros y retirando fondos para asistencia social, entre otras brillantes actuaciones en favor de la "austeridad presupuestaria". Paralelamente, los sueldos de los asalariados y pensionistas son alevosamente jibarizados en tanto los ricos no pagan nada: mientras que los rendimientos del trabajo asalariado en España se ven gravados en niveles de la Europa del norte, las rentas del capital simplemente se evaporan ante las narices de la Hacienda Pública.
Y ahora, sigan disfrutando de los triunfos del fútbol profesional español. Por cierto, Cristiano Ronaldo paga un 19% de su salario en concepto de impuestos, y un servidor de ustedes el 24%. Que yo sepa, a él no le recortaron el sueldo el 7'5% en que me lo disminuyeron a mí el año pasado. ¡Campeones, campeones, oé, oé, oé!
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